La recién publicada autobiografía de Allan Sillitoe al español por la editorial Impedimenta no nos muestra a ningún joven airado a pesar de incluírsele en el grupo denominado de los «Angry Young Men», sino más bien a un escritor tenaz que dirigió todos sus esfuerzos a producir una obra literaria de altura y que desarrolló en gran parte en Mallorca, donde coincidió con Robert Graves y otros artistas británicos que eligieron la isla como refugio para llevar a cabo sus mejores creaciones en un periodo convulso de la historia de Europa.
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