Los gabinetes de curiosidades, auténticas colecciones de rarezas, nacieron en el S.XVI como respuesta a la curiosidad por conocer de primera mano el mundo remoto. Parte de esta curiosidad se dirigía a especímenes curiosos o extraños, que se coleccionaban como trofeos del mundo lejano y salvaje. Este impulso coleccionista dio lugar al nacimiento de estas habitaciones fascinantes repletas de especies animales y vegetales, minerales y objetos peculiares cuyo único punto en común era la curiosidad del que las había elegido.
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