Un poeta no existe fuera de su poesía. Nunca. Otras voces, otras encarnaciones pueden coexistir en conflicto con el poeta pero el poeta fuera de ella sin su carne, la carne de la poesía, no existe. Su existencia así no es real ni concuerda con los actos que forman una biografía. Los hechos le son ajenos a la poesía. Y lo que trasciende el poema es una vida propia nueva y diferente y casi con seguridad inexistente. Es augurio. Ningún dato biográfico por sí mismo explica la existencia del poema, que no del hecho poético.
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