La Galicia más oscura, la miseria calando hasta los huesos, igual que la lluvia. Esto es lo que vemos en ‘A Esmorga’, la película de Ignacio Vilar. Tres personajes deambulan por calles mojadas, beben y se pelean, “ían fechando portas tras de sí, e guindando coas chaves” (iban cerrando puertas tras de sí, y tirando las llaves). El in crescendo de violencia y sordidez los lleva al abismo, porque O Castizo, O Bocas e O Milhomes no son dueños de su destino, sino títeres dominados por penurias y bajas pasiones. Un Ourense de posguerra, mísero y hambriento, es el escenario de esta tragedia inevitable: lluvia incesante, caminos embarrados, y una humedad que llega al alma.
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