Inicio Arte Pilar Ordovás y su pasión por el arte: Más allá de Christie´s, Lucian Freud, Chillida y Damien Hirst

Pilar Ordovás y su pasión por el arte: Más allá de Christie´s, Lucian Freud, Chillida y Damien Hirst

por Vanesa Cejudo
PilarOrdovas2014_PhotoJakeWalters
BritEs conversa con la galerista Pilar Ordovás, una mujer con una impresionante carrera marcada por su pasión por el arte que la llevó a conocer personalmente al artista Lucian Freud,  levantar un Chillida de 22 toneladas en Madison Avenue, o programar exposiciones con Damien Hirst. Le agradecemos enormemente su tiempo para esta entrevista, que nos resulta tan inspiradora y que queremos compartir con vosotros. ¡No os la perdáis!

De tu biografía nos ha sorprendido, entre otros muchos aspectos, lo joven que eras cuando comenzaste con la galería, el rol de mujer referente en un mercado como el del arte, y el que estés asentada en dos ciudades tan competitivas como Londres y Nueva York. A nosotras este contexto nos resulta vertiginoso, ¿cómo lo percibes tú?

Tengo la grandísima suerte de hacer lo que me apasiona, y mirando hacia atrás y recordando con amigos los inicios con mis prácticas en Christie’s, hace ya 25 años, me reconozco en lo que estoy haciendo. He trabajado muchísimo y muy duro. Ahora veo gente más joven frustrada y animo a pensar en que cada cosa, cada momento y cada esfuerzo tuvo su sentido; no cambiaría ni una parte de mi pasado.

Todo es posible si estás preparado para realizar el trabajo que eso supone, esto es una filosofía que quizás haya heredado de mis padres y mi familia. Lo que más me gusta es convertir sueños en realidad.

Háblanos de esos años en Christie’s y en la Gagosian Gallery, y de cómo en 2011 empezaste con tu proyecto personal. ¿Reconocerías ahora mismo, mirando hacia atrás, dos hitos, personales o laborales, claves en tu vida profesional?

Por supuesto, mi trayectoria de 14 años en Christie’s  fue para mi esencial porque me labraba un futuro a la vez que aprendía. Mi carrera fue Historia de Arte pero mis cursos de postgrado estuvieron orientados al arte contemporáneo. Cuando comencé a estudiar  me di cuenta de lo importante que era para mí poder escribir, investigar y conversar con las personas que estaban cambiando el mundo en ese momento.

Cuando comencé en Christie’s estuve en el Departamento de Pintura Moderna Británica. Trabajaba catalogando las obras, y en el sótano había un retrato realizado por John Deakin, el fotógrafo que hacía las fotos que utilizaba Bacon para sus cuadros, figura crucial de Soho de los años 50 y 60. Esta obra me causó tal intriga que pensé «quiero saberlo todo sobre este artista».

Entonces empecé a ser la persona de referencia sobre Freud. Cada vez que había una valoración me tenían que avisar a mi, porque yo sabía donde estaban las obras, cuando se habían pintado, etc… así pasé por Valoraciones y tres años después pude entrar en Arte Contemporáneo.

Factory in North London ©Lucian Freud. Image from Wikiart

Factory in North London ©Lucian Freud. Image from Wikiart

Un día, en el año 2.000, un  cuadro de Lucian Freud cambió mi vida: The Factory of North London (1972). Esta obra estaba en una colección privada y que conseguí traer a la venta, él no la había visto desde el año en que la pintó. Este fue el primer cuadro que llevé a subasta, y que cambió absolutamente su mercado, y a mí,  me transformó la vida, porque por ese cuadro, que además fue pintado en el año en el que nací, conocí al artista personalmente.

Yo hasta entonces no podía quedar con él, él me llamaba y me decía qué cosas había que cambiar de mi catalogación. Me llamó y me dijo que quería venir a ver el cuadro. Cuando vino, me enteré por un compañero de que había preguntado por mi. Así que le escribí una nota diciéndole que fue una pena no haberle conocido en persona y él me respondió que me invitaba a su estudio a conocer sus obras.

Ese momento fue crucial porque podría preguntarle en persona todas mis dudas, todas mis impresiones, toda su intención artística. Esto motivó que pudiera mover su obra de una manera única. Me involucré mucho no sólo en el aspecto comercial, sino también en lo académico, y como conocía a todos los coleccionistas muy bien, me dediqué a organizar exposiciones institucionales con sus obras: National Portrait Gallery , en el Centro Pompidou, etc.. .

A través de mi trabajo con él, y mi relación personal, descubrí otra faceta de mi trabajo que nunca había explorado al trabajar en una casa de subastas, que fue el lado más académico. 

Y en un momento en donde el mercado estaba cambiando con la caída del Lehman, sumando que ya llevaba 14 años en Christie´s, sentí que si no había más que aprender, era la señal para entregar la batuta a otra persona y comenzar en nuevos proyectos. Así fue como acepté trabajar con Larry Gagosian, que llevaba años diciéndome que por qué no trabajaba con él en su galería. Este fue un momento muy importante también, porque me dediqué a hacer exposiciones, una crucial fue la exposición sobre la amistad entre Freud, Giacometti y Bacon.

El ritmo de una galería no es igual que el que exige una casa de subastas donde la adrenalina es continua y el día a día muy repetitivo, es todo el tiempo igual. A mi me hacía sentir que estaba en la superficie y que nunca llegaba al fondo de nada. El tener la oportunidad de trabajar con Larry me mostró que podía llevar otro ritmo, y esos escasos dos años fue el tiempo que necesité para darme cuenta de que estaba preparada para volar sola. Pero si no hubiera tenido ese tiempo con Larry, hubiera sido muy difícil tener una transición del mundo de las subastas a una galería.

Nos llama también la atención el vínculo que tiene tu familia en el ámbito de la estética y el arte, tu abuela con Balenciaga, tus hermanos Paula y Manuel en el mundo de la moda, y tu hermano Gonzalo ha trabajado contigo muchos años en la galería…

Sí, ¡y mi padre nos leía en la cama historias de Tutankamon en vez de cuentos!

Peggy Guggenheim in London Exhibition at Ordovas,London

Tú has tenido ese contacto con la estética desde muy niña, pero, ¿Cómo podrías contarle a una persona ajena al arte, lo importante que puede llegar a ser este arte en la vida del día a día?

Para mi el arte es el centro de mi vida, pero creo que muchas veces cuando estamos pasando malos momentos económicos, se tiende a pensar: “no necesitamos museos, no necesitamos arte” y se olvida lo que puede transformar la vida a un niño pequeño ir por primera vez al Museo del Prado, y ver una obra y todas las relaciones que se crean en el momento en el que estás delante de ella. Esta reacción la he visto tantas veces entre gente que no ha tenido medios o educación, en niños o adolescentes, donde una obra de arte puede cambiar tu forma de sentir y la manera de ver el resto del mundo.

El arte no es una cosa elitista, el arte es para todos, lo mismo que la literatura y la cultura. En nuevas economías como Qatar y Oriente Medio, inciden en salvar las diferencias a través del arte, que el arte une, y nos hace sentir de una manera distinta.

En los tiempos que vivimos en Europa, cada vez que hay una crisis, se ven afectados y bajan los presupuestos de los museos y del arte, por eso creo que el modelo americano es fantástico. Allí la propia comunidad se hace responsable de la educación y del arte de su comunidad. Eso los hace más generosos, porque tienen unas formas de contribuir que no tenemos en Europa, y yo creo que eso es algo que debemos replantearnos.

Me intriga saber más sobre esto que dices, ¿cómo es la manera en que la comunidad americana contribuye al mantenimiento del arte?, ¿comprando arte?.

La filantropía está muy arraigada e incentivada y eso marca la diferencia, porque aunque hay filántropos europeos, estos, no tienen tantos beneficios fiscales, lo hacen desde el corazón. En EEUU, es todo lo contrario, tienen grandes beneficios fiscales al contribuir a la causa. Por ejemplo, en lugares pequeños de América, donde nunca había habido centros de arte, se han construido centros que se sostienen con capital privado. Los directores de los centros y museos europeos deben dedicar la mayor parte del tiempo al fundraising (captación de recursos) para poder pagar los seguros, el catálogo, etc, en vez dedicarse a dirigir el museo. En fin, me parece algo mucho más complicado aquí que en EEUU.

Tu galería, ORDOVAS, se percibe como un proyecto muy personal, que además de tener ciertos elementos estándar de las galerías tiene otros aspectos curatoriales más propios de un centro de arte, como las colaboraciones con Museos (Dulwich Picture Gallery, the Rijksmuseum, The Nelson-Atkins Museum of Art).

Sí, siempre he trabajado estrechamente con museos, y mi formación como Historiadora del Arte me ha llevado a cuidar la dualidad entre lo comercial y lo académico, desde un principio mi ambición como galería era tener un programa de la más alta calidad, y de una calidad de museo, no tanto de galería comercial al uso. En muchas de mis exposiciones tengo obras que no están en venta, el lado de la exposición y el lado de la venta no tienen porqué ir juntas.

Nuestras exposiciones además, tienen un aspecto educacional: editamos un catálogo, tenemos charlas, proyectamos películas, etc.. y esa es mi pasión, mostrar el arte como a mi me gustaría disfrutarlo. Que llegue a todas las personas, ajenas o no al arte, que sea accesible, que puedan aprender algo, y que si quieren saber más puedan tener toda la documentación en el catálogo, si consigo eso, soy feliz.

Gracias por ese esfuerzo que haces, porque como público te puedo asegurar que se agradece mucho. En muchas de tus exposiciones planteas siempre un diálogo entre artistas, rescatando aspectos muy humanos y cercanos.

Sí, siempre me ha gustado contar historias, y lo hago desde pequeña. Racionalizo todo como una historia, y pienso que ningún artista está aquí sin haber pensado sobre lo que pasaba antes y su interacción con su particular contexto.

Si piensas por ejemplo en Bacon y Freud, viviendo en Londres durante la II Guerra Mundial, totalmente aislados, y de repente oyen sobre ese hombre misterioso en París, Giacometti, que pinta figuras, y van a conocerle y ver qué es lo que está haciendo; y este hombre influye tantísimo en la manera en que ellos dos trabajan, que los dos imitan su misma fórmula, tiene sólo 3 o 4 personas en su entorno que son las que pintan sin parar, e imitan el mismo tipo de vida que hacía Giacometti en el café de La Coupole de París, en el Soho de Londres. 

Hay tantas cosas que no se han contado o mostrado entre las obras de tantos artistas que eso es lo que realmente me apasiona, descubrirlas y narrarlas a través de mis exposiciones.

Chillida: Rhythm-Time-Silence, installation view at Ordovas, New York, 2015-16. Photo: Mike Bruce

Vemos que entre tus exposiciones hay mucha escultura, y eso nos fascinan de tu galería de Londres, ¿cómo conseguiste trasladar la obra, de toneladas, de Chillida al céntrico barrio de Mayfair?.

Sí, para la exposición de Bacon, Freud y Giacometti investigué sobre Erica Brausen, de la Hanover Gallery, que fue pionera durante los años 40, 50 y 60, en mostrar escultura y que enseñó por primera vez a Giacometti, Freud, Bacon, Henry Moore a Barbara Hepworth. Giacometti escribía en su diario como disfrutaba de estas exposiciones. A mi me pasa algo parecido, me encanta la escultura porque te aporta muchos puntos de vista de una misma pieza, puedes andar, recorrer y descubrir siempre algo nuevo.

Si te impresionó lo que viste aquí de Chillida, no te cuento lo que pasó en EEUU… Mostramos una obra de 22 toneladas volando por el cielo de Madison Avenue, con toda la calle cortada. Recuerdo decirle a mi hermano: “Sí, creo que esta vez la hemos liado buena”, [se ríe]. Había un huracán que venía esa misma noche, un cristal que si se caía no había de repuesto, y dos noches enteras trabajando, por eso te decía al principio, que todos los sueños se pueden hacer realidad si trabajas duro.

Me emociona todo: desde elegir lo que va a ver en la exposición, sentarme con la diseñadora a hablar en que queremos que se convierta ese catálogo, elegir el papel, la tipografía, mirar las fotos y ver cuando llega de la imprenta.

Y es que ¡me encanta lo que hago!

En tus exposiciones, ¿has incluido a artistas vivos?.

Sí, alterno consagrados con artistas vivos, por la idea que te contaba antes de poder empaparme del relato en primera persona del artista. Por ejemplo, he trabajado en mi galería en dos exposiciones con Damien Hirst, en las que yo he comisariado la exposición, o él me ha dado una idea y yo la he comisariado.  El factor de poder trabajar con un artista, me apasiona porque es la manera de que las cosas sigan vivas.

The Big Blue, installation view at Ordovas, London, 2015. Photo: Maris Hutchinson

Retomando esos orígenes… ¿cuál es tu relación con el mercado español?

Representé al legado de Chillida durante años, soy española y madrileña y tengo prácticamente toda mi familia allí.

El mercado del arte aquí y allí, desgraciadamente, son muy diferentes, y siempre he trabajado en el mercado internacional y por eso he estado siempre pendiente de lo que pasa en España pero, al tener también el compromiso de exponer una vez al año en EEUU, cubro todo mi tiempo en el mercado internacional. Estoy siempre muy pendiente, pero el mercado español siempre ha sido un mercado muy español.  Hay pequeños cambios pero van poco a poco.

¿Ves el futuro del mercado español imitando a algún modelo o tiene una idiosincrasia propia?

Depende de si hablamos de mercado primario o secundario, si hablamos de secundario, sin ninguna duda, los focos son Londres y Nueva York, sin saber aún del todo que ocurrirá con el Brexit, pero no veo al mercado internacional yéndose a España la verdad.

Lo que sí veo es como se va desarrollando el sector y como hay instituciones muy importantes, que inspiran a artistas y a generaciones de todos los tiempos. Es importante que se siga fomentando el arte, y que poco a poco vayan las cosas cambiando. 

Y hablando de Brexit, ¡no hay otra!. ¿Cómo crees que te afectará?.

El problema es que aún no se sabe nada, y la incertidumbre ya ha afectado y muchas empresas han cambiado sus sedes porque cuesta menos irse, que investigar qué consecuencias tendrá. .. pero el problema es que estamos especulando, yo soy española, llevo más de 25 años aquí, y creo que es tristísimo que el futuro de las generaciones se vea privado de lo que yo disfruté: intercambio de ideas, posibilidad de viajar por el mundo, y en general una cultura más abierta.

Gracias Pilar por transmitirnos tu pasión y contagiarnos de tu amor al arte!

Imagen de portada: Pilar Ordovás at her London gallery, 2014. Photo: Jake Walters
Fotos cortesía galería ORDOVAS

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