Nos pasamos tres horas al día mirando las pantallas de nuestro teléfono. A veces lo hacemos inconscientemente, en ratos muertos que nos empeñamos en rellenar con un bombardeo de imágenes inútiles. La facilidad de acceso a cualquier tipo de información ha degenerado en un “horror vacui”, en la necesidad impuesta de estar mirando algo, lo que sea, a través de un dispositivo.
Mientras, mirar a través de una ventana se ha convertido en un acto reivindicativo; al igual que caminar sin dirigirse a ningún sitio, o sentarse diez minutos en un museo delante de una imagen inmóvil.
Laura Feliu también se ha pasado horas delante de su móvil, pero ha sido capaz de cuestionarse esa dependencia, ese desdoblamiento entre nuestra experiencia real y virtual que provoca que nos distanciemos de nuestro entorno.
Laura ha silenciado su móvil para mirar a través de su ventana en Edimburgo. Se ha detenido ante los atardeceres de esta ciudad tan al norte y ha descubierto el azul, el violeta, el rojo, el movimiento de las nubes y el cambio en sus formas. Lo ha hecho a través de otra pantalla, la de su cámara. Pero esta lente no es un puente al mundo virtual, sino una manera de capturar el contexto más cercano.
Laura reclama lo cotidiano, el sencillo gesto de mirar a través de un cristal. Lo convierte en un acto consciente y simbólico, nos insta a apartar nuestros ojos del móvil y a mirar lo que nos rodea, lo único de lo que realmente estamos seguros. Mirar a través de una ventana para ser conscientes de nuestro cuerpo, de nuestra situación en el mundo, para no sentirnos desarraigados.
A veces, Laura escribe sobre las fotografías. Lo hace a mano, insegura, con miedo a “estropear” una imagen ya de por sí hermosa. Pero son sus palabras las que nos ayudan a identificarnos con estos atardeceres. Esas palabras nos sitúan a nosotros también enfrente a esa ventana, a ese cielo convertido en lienzo en blanco en el que proyectamos nuestros pensamientos.
Hemos tenido la suerte de que la galería Interview Room 11 se llenara de esos cielos. Algunos de ellos, proyectados sobre las paredes, convirtieron el ladrillo en ventanas. El cubo blanco se rompió con imágenes de ese exterior que a veces despreciamos. Laura, rindiéndole un homenaje, lo ha convertido en arte.
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Fotos © Laura Feliu / Serie fotográfica ‘WE CAN´T HOLD ON TO AN EMPTY SPACE’.
Más info: http://www.ir11.org.uk/Exhibitions-2/IR11
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