El próximo sábado 20 de julio a las tres de la tarde Carla Andrade, Ginou Choueiri y Francisco Lerios Duron darán una charla en Goldsmiths como parte de la la Exposición de Postgrado de MA Artists ‘Film & Moving Image.
Arte
Convocatoria: 12 Miradas y Riverside lanzan un taller en Nueva Jersey con el artista gallego Antonio Murado
12 Miradas y Riverside presentan un taller con el creador lucense Antonio Murado en su estudio de Nueva Jersey Murado, asentado en Estados Unidos desde los 90, es considerado por la crítica como uno de los pintores españoles con más proyección internacional.
SCAN se despide de su espacio en Herald Street con «Foreign Matter» una exposición de los artistas Blue Curry y Fernando Martín Godoy
Cuando extraemos los objetos de su contexto original, estos pueden ser expuestos, coleccionados, mal entendidos o exotizados. Blue Curry y Fernando Martín Godoy, dos artistas extranjeros que viven en Londres, ponen en común sus prácticas divergentes para examinar la importancia del contexto.
La obra de Curry es lúdica y directa en su uso de los materiales y en las posibilidades simbólicas de los objetos encontrados con los que trabaja. Las pinturas y dibujos de Martín Godoy son más reservados al enfrentarse al objeto, oscureciéndolo casi por completo y exigiendo al espectador un tiempo y una pericia en la observación hasta que su presencia se materializa. En el encuentro de sus obras se genera una conversación en la que la elegancia y el humor dan lugar a una serie de reflexiones sobre lo real y lo ficticio, lo banal y lo trascendental.
No es la primera vez que Eloy Domínguez Serén nos habla de diásporas y sus consecuencias. No Cow on the Ice (2015) fue un diario de sus años en Estocolmo, del extrañamiento ante un nuevo paisaje y a una nueva lengua.
Pero hay sitios encadenados al desarraigo, incluso para los que nacieron en ellos.
LAURA FELIU: ‘WE CAN´T HOLD ON TO AN EMPTY SPACE’. OLVIDARSE DEL MÓVIL PARA MIRAR A TRAVÉS DE UNA VENTANA
Nos pasamos tres horas al día mirando las pantallas de nuestro teléfono. A veces lo hacemos inconscientemente, en ratos muertos que nos empeñamos en rellenar con un bombardeo de imágenes inútiles. La facilidad de acceso a cualquier tipo de información ha degenerado en un “horror vacui”, en la necesidad impuesta de estar mirando algo, lo que sea, a través de un dispositivo.
Rosana Antolí, la artista española más joven en exponer individualmente en la Tate Modern de Londres
Rosana Antolí, ha sido la artista española más joven que ha expuesto en solitario en la TATE Modern de Londres. Del 2 al 12 mayo de 2019 pudimos experimentar esta propuesta: rompedora, estimulante y articuladora de inteligentes interpelaciones. Parte de esta iniciativa continuará en la próxima exhibición en The Ryder Projects que se inaugura el 23 de mayo en Bethnal Green.
#IberoBritEs: Victor Santamarina, mapas de arena. ‘Túnel’, en García galería de Madrid.
El título de la exposición de Victor Santamarina es toda una declaración de intenciones. En general asociamos la imagen de un túnel a algo oscuro y siniestro, inquietante. En los túneles se esconden las ratas, el olor a aceite, los restos de crímenes y aquellos que huyen en las películas. Por otro lado, no hay nada más intenso que la sensación de túnel que algunas drogas producen y pocas emociones hay tan intensas como practicar sexo en un túnel; la extrañeza del lugar y el desasosiego apremian, desarropan y multiplican el deseo, y toda esa urgencia se transforma en necesidad lúbrica. La versión civilizada de estas experiencias nos lleva a las discotecas y a los flashes que producen instantáneas de cuerpos en estados de éxtasis, de gotas de sudor resbalando por una piel caliente, imágenes que forman parte del imaginario colectivo que Gaspar Noé recoge en su paranoico mundo de neón de Enter the Void.
Phyllida Barlow, volver a jugar con barro. ‘Cul-de-sac’, exposición en la Royal Academy de Londres
Lo primero que hace uno instintivamente al entrar en una exposición de Phyllida Barlow es contener el aliento. Sus últimas exposiciones son sobrecogedoras en el sentido estricto de la palabra; grandes estructuras de formas inestables flotan, de manera inquietante, a una gran altura sobre delgados pilares de madera que parecen estar a punto de troncharse. Cuesta adentrarse, sus obras imponen y no permiten al visitante tomar una cómoda distancia de espectador pasivo. Empieza el juego.
Halcyon Gallery presenta «Paricio – Picasso» comisariada por Simon Quintero. Una exposición en la que el artista español, Pedro Paricio explora los fundamentos de uno de los padres del modernismo, revelando cómo su obra ha sido una gran inspiración para su nueva producción. La muestra incluye obras de Pedro Paricio y Pablo Picasso, siendo en sí misma, un acto de homenaje de Paricio al maestro de Málaga.
Brit-Es, tuvo la oportunidad de hablar con el comisario de la exposición y con el artista. Aquí os dejamos una pequeña reseña de nuestra conversación con ellos.
Si hay algo reconocible en la obra pictórica de Pedro Paricio es su capacidad para integrar sus imágenes en nuestro imaginario colectivo. No es la primera vez, ni será la última, en donde el artista nos incita a reconocer en sus obras, aquellos maestros que cambiaron la Historia del arte a través de sus arrolladoras pinceladas, y lo hace a través de una particular e interesante mirada.
En esta ocasión, tal y como lo describe la crítica y experta en el Guernica, Rocío Robles, las obras de Picasso son reinterpretadas sustituyendo los rostros por una suerte de “caleidoscopio de color”. Paricio muestra las formas más esenciales de estas creaciones ya clásicas, y elimina aquellos aspectos que a priori, pasarían a un segundo plano.
Esto muestra una lectura muy sincera del mundo, porque reproduce la información de sus representaciones en “seudo pixeles”, afines a ciertas características de un sistema mediático que nos recuerda a su vez a una brillante estética contemporánea. Es así cómo el artista entabla un diálogo con el espectador de hoy, un público que vive en un contexto mediado por pantallas electrónicas, que se inscriben en colores casi puros, semejantes a las imágenes que nos encontramos a diario en nuestros dispositivos electrónicos.
El espectador, sin embargo, puede ser capaz de reconocer las formas que ya están en su imaginario (Un Guernica, Los Tres Músicos, Autorretrato, …). porque en la pintura de Paricio hay un encuentro anacrónico con una nueva imagen inscrita en lo contemporáneo, y que irremediablemente conecta con esta luminosa estética actual. La magia de Paricio está en el efecto “macro” que realiza sobre ciertas zonas donde están algunos detalles de las pinturas picassiana. Ahí descubres que esas partes no son lo que conforma el carácter icónico de la imagen hegemónica de Picasso, porque esos otros elementos fundamentales, se quedan intactos para que el espectador pueda reconocerlos.
Paricio por lo tanto, crea un lenguaje icónico propio a pesar de recurrir a relatos pictóricos existentes, él construye su propia narrativa sustituyendo los elementos de un rostro, en la mayoría de los casos, por un rostro inventado a base de formas de colores puros, “seudo pixelados” .
Una relectura de las formas que dialogan directamente con signos propios del Pop Art de Warhol o Wesselmann; sin embargo las formas “pop” de Paricio, no anuncian la eclosión de un consumo de masas, porque posiblemente su intención es otra. Quizás el artista quiera hacer un guiño a la sociedad mediada por dispositivos y pantallas que atraviesan nuestro entorno perceptivo continuamente. Sus pinturas serían una resistencia a la formas mediáticas que construyen actualmente nuestro imaginario, espacios vivos, limpios y planos pasados por el tamiz de una pantalla. Una fuerza plástica que le lleva a representar los hitos pictóricos de la Historia a través de su propia pintura, inevitablemente condicionada por el contexto visual del siglo XXI.
Los inquietantes “seudo pixeles” de Paricio por lo tanto, nos ayudan a imaginar en qué arquetipos se han convertido los trazos y las pinturas que en su momento revolucionaron la Historia de la pintura en el Arte. Un viaje más que interesante para ahondar en las huellas que dominan nuestros relatos artísticos, una invitación estética atrevida, fresca y contemporánea.
Y aunque el artista insiste en que el arte no es una fórmula donde poder leer intenciones, y significados, su ya característica manera de hacer, nos recuerda a una especie de juego semiótico de Ferdinand Saussure. Forma y fondo, significado y significante como un baile de ideas y formas que se amontonan al encontrarse con los referentes de las series azules de Picasso, o los retratos replicados del Guernica.
Un Guernica que está instalado en la memoria de entendidos o no del arte. Un Guernica que atravesó fronteras y que fue expuesto tras la Exposición Internacional de 1937 en París, y después en el Reino Unido, con el objetivo de recaudar fondos para el National Joint Commitee for Spanish Relief, y que contribuyó en gran medida, a sensibilizar a la opinión pública británica sobre la situación de la guerra civil española.
¿Y por qué Picasso?. En la entrevista que le concede a Alastair Smart, Paricio afirma que Picasso es como el Teide (volcán de la isla que le vió nacer); una imponente presencia, casi inevitable, a la que tocaba “enfrentarse”. Y esto nos vuelve a llamar la atención sobre el personaje que crece tras su pintura. Pedro Paricio parece estar detrás de la enseñanza de la “paloma Kantiana”. Una paloma que alza el vuelo gracias a la resistencia que le ofrece el aire, siendo esta capacidad de vencer esa resistencia, aquello que le permite elevarse hasta las nubes.
Nos decía:
“Picasso me ha devuelto la libertad, porque los artistas necesitamos de grandes retos para seguir creando, los entornos complicados son los que nos hacen crecer”…
Eso, también lo aprendió de Picasso del que afirmaba destruía no sólo sus obras, sino incluso su vida, para después, volverla a construir. Y quién sabe si quizás, para seguir creando como el vuelo de la paloma, gracias, a la resistencia del aire.
La obra de Paricio, no es un reto al maestro, al fin y al cabo: “Nihil novi sub sole” -No hay nada nuevo bajo el sol- . Salvo el arte, que es lo único que persiste con una mirada diferente.
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Foto de portada: Pedro Paricio, Winter Blue, 2018. Cortesía Halcyon Gallery
David Rodríguez Caballero es uno de los mayores representantes de la escultura contemporánea española. Desde 2011 vive a caballo entre Madrid y Nueva York y su obra ha sido expuesta en numerosas galerías, museos e instituciones públicas de todo el mundo. Actualmente le representa en Manhattan la prestigiosa galería Marlborough, donde este mismo mes se mostraban algunas de sus últimas esculturas, en la exposición individual ‘Alchemy in Motion’.