Mi amigo y yo compartimos mucho: la edad –nacimos el mismo año– y la conciencia de nación entre naciones, por encima de los estados, la idea de que hoy solo existe lo que aparece en la web, la pertenencia a un partido político social-demócrata y extinto, la convicción de que en Europa hay tres grandes idiomas de proyección universal –galaico-portugués, castellano e inglés– y nuestra costumbre de leer en esos tres más en francés.
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Xavier Alcalá
Xavier Alcalá
Xavier Alcalá (Miguelturra, 1947), ingeniero de Telecomunicación y doctor en Informática. Empezó escribiendo letras de canciones para Andrés do Barro. Desde entonces hasta hoy cuenta con más de 40 títulos en el ISBN . Es autor de 'A nosa cinza', novela conónica de la Literatura Gallega. Sus obras, traducidas al castellano y al inglés se encuentran en Valdemar, Ézaro, Nowtilus, Rinoceronte y TheWriteDeal. Desde 1971 es articulista de periódicos y revistas y colabora con Brit Es desde sus inicios.
Creo que Carlos Casares fue el narrador gallego con más relaciones fuera de Galicia, más conocido allende las fronteras naturales del reino de los celtas y los suevos. Carlos me enseñó mucho, y me defendió de ladrones de derechos de autor y de enemigos de ideas. Fue algo más que mi editor en la Editoral Galaxia.
Demos un paseo por Bruselas. Quizá entendamos algo del mundo fijándonos en lo que se popularizó con el nombre de Brexit y en lo que podríamos llamar Turkin.
Que se dejen de joder y se larguen. Que hagan el referendum y ganen los del Boris Johnson. Fuera. Hasta aquí llegamos.
Siempre diré que Bruce Chatwin –gloria haya, pobrecito– anduvo por una Patagonia medio soñada, y que no se enteró bien de lo que es la república de los prodigios, Argentina. ‘In Patagonia’, su obra afamada, deja las cosas como mágico-realistas cuando, de veras, son prodigiosas.
Detrás de cada emigración hay siempre una narración épica en potencia: nadie deja lo seguro por lo incierto, como escribió Rosalía Castro, poeta de los emigrantes. Con todo, nuestro mundo comunicado y telecomunicado no es el de la generación anterior a la mía, o el de la gente que hoy se marcha de España a borbotones.
Judios, otomanos, sefardíes, un libro y ¿una ley para recuperar la nacionalidad perdida?
por Xavier Alcalá
Carísimos expats en la Albión nada pérfida para mi gusto. Quisiera tratar con vosotros cosas de otros expatriados, convertidos en leyenda: los que en tiempos de Imperio Romano llegaron hasta su Finis Terrae y, después de cinco siglos, tuvieron que volver a las tierras de Oriente. Hablemos de españoles con religión hebraica (lo de raza se lo dejo a los esbirros de Hitler, que nada sabían de ADN
La verdad es que llevo semanas queriendo escribir para Brit Es una crónica sobre la mayor feria del libro de las Américas, la de Buenos Aires. No lo hice por dos razones: porque me ando moviendo, distrayendo, y porque nos faltaba un dato fundamental. No sabíamos qué iba a pasar en las elecciones municipales de España.
Quienes –como los vecinos de Coruña– sufrimos la controversia de los nombres de lugar, llegamos a hacernos observadores privilegiados de un fenómeno: el capricho de acomodar topónimos a las hablas y las culturas (o inculturas).
En el siglo XVI los españoles descubrieron que los ingleses eran duros de pelar, sobre todo en el mar. Drake los dejó avisados; la Armada Invencible se fue a pique porque “los elementos”, según Felipe II, ayudaban a los ingleses a refugiarse en su Albión, pérfida y desobediente al Papa.
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