Rosana Antolí, ha sido la artista española más joven que ha expuesto en solitario en la TATE Modern de Londres. Del 2 al 12 mayo de 2019 pudimos experimentar esta propuesta: rompedora, estimulante y articuladora de inteligentes interpelaciones. Parte de esta iniciativa continuará en la próxima exhibición en The Ryder Projects que se inaugura el 23 de mayo en Bethnal Green.
Rosana Antolí es una de las artistas más internacionales de nuestra escena artística contemporánea, con apenas 38 años ha realizado proyectos expositivos en Boston, Estocolmo, Alemania, Holanda, Colombia, Argentina, entre otros, y esta primavera nos sorprende con su exposición individual en la Tate Modern de Londres.
Compartimos con Rosana unas horas para conocer a fondo el ADN de su proyecto “The Kick Inside, The Loop Outside”.
Todo empieza a gestarse en 2016 cuando expone dentro del ciclo “Cuando las Líneas son Tiempo” del comisario Martí Manen en el Espai 13 de la Joan Miró. Fue aquí, en un entorno tan favorable, donde tuvo la oportunidad de coincidir con el artista catalán Ignasi Aballí en la programación del premio Joan Miró de ese año. Un contexto ideal para que comisarios/as y programadores/as del mundo artístico internacional pudieran ver su propuesta.
Marko Daniel, comisario por entonces de la Tate Exchange, conoció su obra a través de un pase que ella misma realizó a las personas invitadas al premio. Por entonces este comisario buscaba propuestas artísticas relacionadas con el “movimiento” en el más amplio sentido de la palabra (en el espacio en el que expuso Rosana, por ejemplo, se instaló un contador donde la artista Tania Bruguera muestra en cada minuto la cantidad de personas que mueren al atravesar las fronteras).
Estamos en 2018 y la iniciativa de Tate Exchange se presenta como un gran reto para Rosana, no sólo por el compromiso que supone una propuesta de este calibre, sino también por la arquitectura y filosofía de la sala. Un gran espacio limitado por ventanales, donde solo existe un muro y en el cual la artista debe replantearse la “anacrónica” lógica del cubo blanco, e incitar a la audiencia a participar dentro de sus propios experimentos artísticos.
“Quería una exposición donde las personas que accedieran fueran parte de ella. Una exposición performativa que cambiara cada día”, afirma Rosana.
Crear una atmósfera inmersiva, es parte inherente de su obra, donde controla la luz, la percepción de los asistentes y la posibilidad de entrar en un ambiente “lynchiano” e inquietante, donde la oscuridad permita a los/as participantes un estado más anónimo y libre para expresarse y moverse.
Entre todos los elementos que introduce en su obra (el control de la oscuridad y la luz, la banda sonora, el mantra de las instrucciones, o el recorrido planteado), el elemento esencial que engarza esta introspección compartida, es el hecho de que la audiencia ha de elegir un posicionamiento existencial: inmortalidad o mortalidad.
Una cuestión raíz que plantea bajo una narrativa inspirada en la medusa Benjamin Button, (único ser inmortal) y una magnética historia que escribe junto a Jano Herrera de una medusa que nunca muere y que le hacen pensar en un “silent army”. Un personaje, “dictador benevolente”, que conquista el mundo captando adeptos para convertirse en inmortales (inspirándose en las utópicas novelas que impactaron los ochenta de Georges Orwell y Ursula Le Guin).
Y es que esta medusa da para mucho, da para pensar en esta distopía de la inmortalidad colectiva, y da para seguir enganchados ahondando en cómo es posible que nunca muera. ¿Será posible copiar, o repetir un patrón de esta medusa para alcanzar la inmortalidad? ¿Cuál es el eco que deja?
Aún no se sabe porqué es inmortal, y lo único que se observa y se investiga sobre ella es su movimiento, ya que carece de órganos.
Posiblemente por esta razón, por no tener elementos como un cerebro o un corazón y por lo tanto por carecer de recuerdos, sentimientos y emociones, pueda manifestarse en este loop constante de vida.
El movimiento repetitivo y el eco, son las dos instrucciones eje de la performance participativa de “The Kick Inside, The Loop Outside”, que tras posicionarnos en el espacio para la inmortalidad o en el de la mortalidad, pensamos en la posibilidad de no morir a través de este bucle infinito.
El loop es una metáfora existencialista que nos recuerda al mito de Sísifo, nos dice Rosana:
“El humano está condenado a repetir ciertos patrones. Por otra parte está la cuestión más política o social en donde nos inscribimos en un sistema que nos hace comportar mecánicamente cuando por el contrario, somos seres orgánicos. Y luego hay una parte más poética, continúa Rosana, y es nuestra inherente condición a la resistencia y al límite de nuestros cuerpos que nos lleva inevitablemente al fracaso, porque a pesar de nuestra búsqueda por conseguir realizar un movimiento perfecto, es imposible repetirlo de una manera exacta”.
De aquí que la audiencia elija ser mortal y admitir cuestiones inherentes a esta condición como: el esfuerzo, el fallo, y aceptar el desaparecer en “Resistance Island” . O elegir la inmortalidad, unirse al “silent army” y dejar de ser humano, abrazando la rutina y la acción mecánica hasta el infinito.
La exposición performativa de Rosana representa la materialización de los pensadores humanistas de la Historia que no podían entender el mundo, y la condición humana y social, sin acudir a la filosofía, la sociología y las ciencias de la naturaleza. Ella lo hace a través de una hermenéutica del espacio cercana a las experiencias sonoras, cinematográficas y visuales que reconocemos en nuestro imaginario. Contagiarse de esta invitación es dejarse llevar por las cuestiones que nos atraviesan, cuestiones desplazadas por el bucle mecánico de una sociedad que encorseta los movimientos a patrones de repetición contínua.
No dejéis de seguir a esta artista que es capaz de llevarnos a una experiencia donde la inmortalidad se piensa a través de un loop infinito.
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Los/as performer de la exposición fueron llevadas a cabo por: Attila Andrasi, Nora Silva, Sarah Kent, Melissa Sirol, Hamish MacPherson
Imágenes © “The Kick Inside, The Loop Outside” de Rosana Antolí. Fotos: Guillaume Valli