Lo divino y lo demoníaco, la religión y la superstición, el feminismo, el poder, el oscurantismo, aquelarres y ritos, la danza, la literatura y la historia. El misterio, lo telúrico, el saber. De todo ello nos habla Marta Serna en su nueva y ambiciosa propuesta. Entroncando con hechos y personajes referenciales y estrechamente relacionados con la propia esencia de la ciudad salmantina, la artista le da otra vuelta de tuerca a todos estos temas, proyectándolos hacia nuestro presente y dotando al conjunto, con su marcado sello personal, de un mensaje muy actual.
Si bien encontramos algún personaje masculino en la propuesta expositiva, el protagonismo absoluto es para las mujeres: brujas, santas, madres, marginadas, influyentes, decididas, pero, sobre todo, con cuerpo y empoderadas. Todas ellas manifiestan un poder que se expresa más allá de la palabra, a través de los gestos, la rabia, la energía concentrada, el éxtasis. Son respuestas firmes, rebeldes o subversivas contra lo que les ha tocado ser o interpretar.
La exposición propone un tipo de conocimiento que nada tiene que ver con el que estamos acostumbramos a recibir: filtrado, manipulado y aderezado para acallarnos y dominarnos. El que plantea es un conocimiento mucho más inmediato que enlaza con el chamanismo y las tradiciones antiguas donde la transmisión con lo superior era directa. Con el cristianismo, la mediación de los sacerdotes se interpone entre el devoto y el objeto de devoción, imposibilitando la conexión con nuestro yo elevado, ese al que pretendían acceder Santa Teresa, las brujas, Gurdjieff o Castaneda. El problema de nuestro pensamiento occidental es que creemos estar en posesión de la verdad y desechamos las visiones –consideradas primitivas– de otras culturas.
Marta Serna nos recuerda que la ciencia deriva de la magia, pero no necesariamente la supera. Es más, va a la zaga. A través de escenas turbias y llenas de ambigüedad, la artista despliega otras formas de acceso al conocimiento para revolucionar la conciencia y eximirla de la ideología dogmática que nos encarcela en los estándares de la vida y la muerte, el bien y el mal. En su discurso hay una disolución de las dicotomías a favor de un saber integrador en el que se incluyen las artes oscuras, lo mistérico, lo sobrenatural o la alquimia. De esta última proviene la máxima “Solve et coagula” que significa que para conocer es preciso disolver y coagular, analizar y sintetizar, destruir con el propósito de construir algo nuevo. Serna indaga en la historia para dinamitarla y elaborar un imaginario propio que se expande e interconecta tentacularmente, como la orgía caníbal que muestra una de las escenas. Los personajes – reales o imaginarios – adoptan roles inhóspitos, entre la perversión y la burla, la obediencia y el sometimiento.
Su mensaje pervierte y revierte lo establecido de una manera descarada, invitando al espectador a desinhibirse, pensar sin ataduras, imaginar que todo es posible y que, de hecho, acabará haciéndose realidad: porque la magia funciona, los poderes se marchitan, la historia se reescribe, las mujeres gobiernan y bailaremos juntas bajo el misterio del magnetismo lunar. El arte de Marta, como la magia, sueña con despertar la conciencia de los espectadores, pero no de una manera rigurosa o direccionada, sino lúdica, abierta, provocadora.
Nerea Ubieto
Texto © Nerea Ubieto / @nere.ubieto
Fotos de obra © Marta Serna / Fotos de sala © Santiago Santos.
La exposición ‘Mystery Magnet’ puede verse en el DA2 Domus Artium 2002 de Salamanca hasta el 15 de septiembre. Más info: http://domusartium2002.com/es/EXPOSICION/marta-serna-mystery-magnet-2019