El estudio se convirtió en un santuario personal que lo alejaba del mundo y de la realidad. Cortaba comunicación durante horas para concentrarse completamente. Trabajaba todos los días. Sin embargo, Joan Miró era una persona de costumbres y muy ordenada.
Miró nómada
Joan Miró nació en Barcelona y murió en Mallorca. Entre medias, diversas tierras inspiraron sus creaciones. En su ciudad natal estudió comercio para no enfadar a su padre. No lo quería artista porque eso no tenía futuro. Aún así, Joan consiguió que su padre le dejase asistir a clases de dibujo en su tiempo libre y después de trabajar en algo que no le gustaba y de pasar un tiempo en la ciudad de Montroig, recuperándose de una enfermedad, se matriculó en una escuela de arte. En seguida su talento fue notorio. Joan Miró encontró galerista en muy poco tiempo.
Se casó con Pilar Juncosa y se fueron a vivir a París. Allí abrazó el surrealismo y tuvo contacto con marchantes y diversos centros. Descubrió la ciudad más internacional del momento y se quedó prendado de ella. Su carácter familiar y tranquilo hizo que al poco tiempo quisiese volver a Cataluña, pero no por mucho, ya que la guerra civil empezó y volvieron a Francia. Su obra fue muy combativa en aquel momento. Apoyaba al ejército republicano y a través de su pintura mostró al mundo la situación de su país. De la bohemia parisina pasó a la tranquilidad de los campos de Normandía.
Allí pasaron momentos muy felices con otros muchos agentes del mundo del arte. Se acercaba la segunda guerra mundial y la familia no quería vivirla de cerca. Así, alejándose de las guerras, el artista luchó con sus imágenes. En el año 40 regresaron a la península. Pasó el resto de su vida entre Barcelona y Mallorca pero sin perder el maravilloso hábito de viajar. Muchos veranos durante los años sesenta la familia Miró visitaba al coleccionista Aimé Maeght en la Costa Azul francesa, junto con otras familias amigas. Allí precisamente empezó la amistad con los Chillida, que perdura en las siguientes generaciones.Miró incansable
Con 80 años decía que el trabajo era su motor de vida. Que tenía que trabajar ahora porque de viejo no podría. Sorprende como la mente de un artista funciona. Él no se encontraba ni viejo ni cansado, porque los colores y su discurso le mantenían siempre alerta. Su nieto Joan Punyent Miró lo describe como divertido y un gran aliado a la hora de jugar con él cuando aún era pequeño. Eso sí, también puntualiza su carácter intimista y solitario, sobre todo a la hora de encerrarse en su estudio a crear. El estudio más asentado e importante que Miró tuvo fue en Mallorca, donde pasó el final de su vida. Allí creaba de manera imparable, demostrando que su trayectoria no estaba estancada, que seguía siendo tan rompedor como en su etapa parisina. De hecho, sus rupturas artísticas fueron abruptas y contundentes. Pasó de plasmar su realidad en el campo catalán con trazos fauvistas a un marcado surrealismo en su primera etapa francesa. Más adelante se fue desviando por otros derroteros, siempre propios, y se mostraba más simbolista, experimental con materiales muy diversos, y centrándose en nuevas formas: más abstractas y simples. Muchos lo tacharon de radical. El crítico y poeta Georges Hugnet llegó a decir que Miró había asesinado a la pintura para que naciese una nueva.
Pasaron los años, y un consolidado Miró, ya con ventas millonarias, quiso demostrarle al mundo, desde su estudio mallorquín que podía seguir madurando su obra y hacer crecer su trayectoria artística. No quería que lo viesen como un viejete del arte. Miró empezó a quemar lienzos. Pintaba con fuego. ¿Increíble, eh? Dicen que los artistas maduros tienen un ego tan grande como su creatividad. En este caso sin duda es verdad. No dejó que se le catalogase hasta que se murió con 90 años, creando.
El Estudio
Fue en 1956 cuando decidió instalarse definitivamente en Mallorca. Decidió tener un estudio grande; era lo que más deseaba para poder crear obra de gran formato y acumular series numerosas. Lo diseñó el arquitecto y amigo Josep Lluís Sert, que se encontraba exiliado en Nueva York. Esta situación no fue un impedimento para la construcción ya que se cartearon continuamente. Estas cartas están perfectamente catalogadas y a disposición del público.
La templanza, discreción y reconocimiento internacional, hicieron que el pintor y su familia no tuviesen que sufrir el exilio como muchos de sus amigos; pero vivir en España no lo frenó para plasmar sus ansias de libertad y sus críticas hacia el absolutismo y el régimen. Las series de litografías relacionadas con el personaje teatral Ubú Rey del dramaturgo Alfred Jarry (1873-1907) son de los ejemplos más valientes que se conocen. Ubú era un personaje cruel, tirano y cobarde. Miró lo representó en estas litografías haciendo alusiones al “Miserable general” y dejando entrever su semejanza con las políticas franquistas.
El estudio se convirtió en un santuario personal que lo alejaba del mundo y de la realidad. Cortaba comunicación durante horas para concentrarse completamente. Trabajaba todos los días. Sin embargo, Joan Miró era una persona de costumbres y muy ordenada. Totalmente previsible en cuanto a horarios de trabajo, comida, lectura y descanso. Rompe con el odioso estereotipo de artista caótico, egoísta, autodestructivo y promiscuo que muchos agentes artísticos se empeñan en reclamar como real. Miró es un ejemplo perfecto de artista combativo, rompedor, prolífico y a la vez familiar, atento y fiel a lo suyo y los suyos.
El Estudio en la Galería Mayoral
La galería barcelonesa Mayoral está especializada en arte del siglo XX. Por sus salas ha pasado la obra de Miró, Dalí y Picasso, y otros contemporáneos como Chagall, Chillida, Fontana, Léger, o Magritte. Destaca también la representación del grupo artístico catalán Dau al Set, con Brossa, Cuixart, Ponç, Tàpies y Tharrats. Se trata de un espacio de alto nivel que mueve obra por todo el mundo a través de ferias y exposiciones en espacios contratados.
Actualmente, y solamente hasta el día 12 de este mes de febrero, la galería ha traído a Londres una pequeña exposición que muestra el estudio mallorquín de Joan Miró. Está comisariada por la directora de la Fundación Pilar y Joan Miró, Elvira Cámara y el historiador y comisario Joan Punyet Miró.
En esta ocasión, Mayoral ha hecho un acuerdo con Whitford Fine Art en el céntrico Mayfair y ha creado una exposición muy intimista y acogedora. Son dos plantas. La primera la dedica a exposición de obra, donde podemos disfrutar de creaciones de muy diversas etapas del artista, incluido esculturas y cerámicas. Está aquí una curiosa escultura de Ubú Rey y pintura simbolista con los colores opacos más representativos de Miró. Es curioso como todos tenemos en nuestro inconsciente su trazo. De otros artistas podremos dudar, pero nunca de Joan Miró. Lo identificamos al primer vistazo. A parte de usar las paredes, Elvira Cámara y Joan Punyet llenaron la estancia de caballetes con más obra, platos y cuencos con pintura, y otros muebles que ambientan el espacio. Todo para recrear el estudio real de Mallorca.
La planta de abajo tiene una proyección sobre el estudio y sobre el artista, frases suyas en vinilo, objetos y pequeñas esculturas creados por él, y una vitrina con algunas de las cartas sobre la creación del estudio.
Se trata de una oportunidad única para disfrutar de un baño de color y alegría. De aquí, el estudio viaja a la feria Armory de Nueva York y volverá para Barcelona.
Miró en Londres
En los últimos cinco años la obra de Miró ha visitado la capital Británica en tres ocasiones:
- En el año 2011 hubo una gran retrospectiva en Tate Modern que enamoró al público. Hicieron un recorrido desde el artista más naif hasta las pinturas de gran formato, la total abstracción y la obra quemada. Mostraron al Miró más político, centrándose en su lucha antifascista y su amor por Cataluña. Fue una exposición que dejó huella en la retina de los visitantes del museo y aún a día de hoy se menciona en las charlas y recorridos de los guías.
- Tres años después, en el 2014, la galerista y marchante Pilar Ordovás trajo a su galería de Mayfair una intimísima exposición que puso de manifiesto la estrecha relación entre Chillida y Joan Miró. Participaron en el comisariado el hijo del artista vasco y el ya mencionado nieto del catalán. Se pudieron ver obras, cartas, fotografías y objetos.
- Por último, esta magnífica muestra en Mayoral que no os podéis perder. Tenéis una semana.
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Miró’s studio
Galería Mayoral
6 Duke Street, St James Londres
21 Enero – 12 Febrero 2016
Fotos de la instalación de la exposición Miro’s Studio en Londres © Cortesía de la Galería Mayoral