Lo que queda, Rosa y Bleda

Encontrarse, por casualidad, con un artista es siempre una alegría para todos aquellos a los que nos gusta el arte. Si ese artista habla tu idioma, el placer es mucho más, y por supuesto, de alegría se puede pasar a euforia.

Y entonces, qué decir si este o esta artista tienen otro u otra artista unidos a ellos mismos como si se tratase de la misma materia. Pues, la euforia ya queda atrás y se puede hablar de puro gozo.

Rosa y Bleda son dos. Son María y José. Son artistas y residentes en Londres, padres de un hijo, socios en el trabajo, amigos en todas las ocasiones.
Rosa y Bleda son uno. Son un binomio perfecto, en la vida, criando a su hijo, cuando dan clases, o cuando se va de cena con ellos. Pero donde más demuestran ser una unidad es en el arte. Se podría hablar de ellos en singular, y creo que se haría justicia a la entidad de su obra.

Han sido galardonados con reconocidos premios en multitud de ocasiones, pero quizás uno de los premios más conocidos sea el Premio Nacional de Fotografía del Ministerio de Cultura, que merecidamente se les otorgó en 2008 por su labor de tantos años en favor de la cultura y el arte.

© Rosa y Blenda, fotos cortesía de los artistas

Pues yo me los encontré. En realidad me encontré a María Bleda. Una mujer de mi generación, con una sonrisa para todo el mundo y muchos conocimientos de fotografía y de cocina. Y luego llegó José, con su aire de cantautor y su guitarra y su jazz. Dos entrañables personas con mucho corazón pero muy diferentes. Y nos hicimos amigos. Y empecé a mirar en su mundo y en aquel momento entendí lo que sus ojos veían y lo que sus fotografías mostraban: lo que queda.

En la mayor parte de sus obras no se puede ver nada que, en un primer momento, llame mucho la atención, excepto belleza y perfección técnica. Pero posteriormente, cuando entras en la imagen, debes reconocer lo que no está, lo que ha estado ahí; debes sentirlo en su ausencia. Y lo sientes. Ahí está la grandeza de esas instantáneas que muestran lo eterno de un lugar o de un espacio.

Y entonces te das cuenta de la magia: una obra tan perfecta realizada por dos personas, con un solo cerebro y una sola visión.»

Web: www.bledayrosa.com

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