‘Libertad Negra’. Se estrenó el 23 de abril en el 19 Festival de Cine Español de Málaga en la sección de documentales.
Hace un par de veranos vi una obra en la Saatchi Gallery que me impresionó: una imagen que mostraba unos restos humanos. Me acerqué para ver el título y descubrí que se trataba de uno de los fusilados en la Guerra Civil española enterrados en las fosas comunes del cementerio malagueño de San Rafael.
En 2010 los padres del realizador José Enrique Sánchez murieron con pocos meses de diferencia. Cuando se encontraba revisando sus enseres descubrió un pequeño cuaderno destartalado cubierto de una caligrafía primorosa y una serie de cartas del mismo puño y letra. Empezó a leer y se dio cuenta de que era una colección de poemas. El autor, Antonio García Álvarez, era un hermano de su abuela del que nunca había oído hablar. Me reúno con José Enrique para que me cuente su historia.
Cuando le deja uno de los poemas que le dedicó desde la cárcel, Rosita empieza el camino hacia la reconciliación con su memoria y viaja a Málaga desde Cartagena para revisitar el patio de la prisión donde vio a su padre por última vez.
El documental ‘Libertad Negra‘ comienza con una imagen claustrofóbica y reveladora: dos buzos se adentran en una caverna. Enrique es uno de ellos. A partir del descubrimiento en casa de sus padres se embarca en un viaje hacia los rincones más recónditos de su pasado familiar. Pero hay mucho más que un misterio por resolver; ‘Libertad Negra’ supone dar una segunda vida a uno de lo miles de enterrados en las fosas comunes del ya mencionado cementerio de Málaga.
José Enrique me cuenta que el cuaderno de poemas escrito por su tío abuelo constituye una auténtica autobiografía llena de flashbacks en los que recuerda su pasado mientras espera en una celda a que llegue el momento de su fusilamiento. Allí están presentes sus hijas Paquita y Rosita, su compromiso anarquista y también el amor que sintió por una mujer, María Roa, a la que conoció mientras luchaba en el frente en la zona del Valle de los Pedroches en Córdoba.
En las cartas a su hermana, la abuela de José Enrique, Antonio le pide que guarde esos poemas hasta que alguno de sus compañeros vaya a recogerlos, pues su intención es publicarlos. También le ruega que le envíe tres pesetas, porque en la cárcel todo vale dinero y no quiere morir con tan pequeña deuda. Con esa cantidad compra un pequeño cuaderno y unos alfileres para usar en forma de plumilla. Escribir es lo único que lo mantendrá cuerdo, pues no se le permite trabajar por haber estado en una celda de castigo.
Durante tres años José Enrique se dedica a seguir el rastro de su tío abuelo empezando por el archivo histórico y el de la prisión de Málaga. Es allí donde se le revela una metáfora cruel: en el expediente de Antonio García, como en el de muchos otros, aparecen las siglas L.N. Detrás del documento el funcionario explica su significado: libertad negra. El reo al que se le concede se le permite salir de la cárcel, eso sí, para enfrentarse al pelotón de fusilamiento delante de la tapia del cementerio.
Ver Libertad Negra resulta emocionante y conmovedor al mismo tiempo. José Enrique se pone en contacto con la única hija superviviente de Antonio García, Rosita, ahora con más de ochenta años. La anciana le cuenta cómo su madre le cortó el pelo a ella y a su hermana y les hizo un pantaloncito negro y una camisita blanca para hacerlas pasar por niños, pues a las mujeres no se les permitía ir a despedirse de los condenados a muerte en las cárceles de hombres. José Enrique me dice que cuando le preguntó a Rosita por su padre le contestó que la única memoria que tenía era la de su ausencia: un padre siempre a la fuga, que nunca estuvo ahí para abrazarla o para llevarla de paseo. Sin embargo, cuando le deja uno de los poemas que le dedicó desde la cárcel, Rosita empieza el camino hacia la reconciliación con su memoria y viaja a Málaga desde Cartagena para revisitar el patio de la prisión donde vio a su padre por última vez, ahora en ruinas. Allí lee en voz alta uno de esos poemas en uno de los momentos más emotivos del documental.
Antonio García fue uno de los casi trescientos mil civiles que huyeron de Málaga por la carretera de Almería tras la llegada de los nacionales en lo que se conoce como ‘’la desbandá”. Finalmente llegó a Córdoba, donde condujo tanques en la zona del Valle de los Pedroches. Allí, según uno de sus poemas, caminaba maltrecho cuando vio por primera vez a María Roa, de la que se enamoró y a la que dejó embarazada meses después. José Enrique no le gusta describir esta relación como de ’’amantes”, pues los poemas dejan claro que María sabía de la existencia de su mujer y sus hijas en Málaga. Según Rosita, su madre también sabía de la existencia de María, aunque nunca habló de ella.
Al enterarse de la existencia de este posible hijo o hija de Antonio, José Enrique se lanza en su búsqueda. Pero es como tratar de encontrar una aguja en un pajar, ya que María fue uno de los miles de desplazados de la provincia de Córdoba durante la guerra. Pero de algo estaba seguro desde el primer momento: publicaría los poemas de su tío abuelo, como fue su última voluntad. De esta forma Antonio cobra vida tras casi ochenta años de olvido.
El hecho de que nunca se le mencionara en la familia no es extraño, en muchas casas españolas hay una ley del silencio que deja en la oscuridad a aquellos que vivieron la Guerra Civil. Y como en el caso de José Enrique, es la tercera generación la que intenta desentrañar el pasado cuando los vínculos más directos han desaparecido.
Al final de ‘Libertad Negra‘ José Enrique camina por un túnel subterráneo, las catacumbas del Valle de los Caídos donde se enterraron restos de fosas comunes procedentes de toda España. De abismo a abismo, de misterio a misterio.
La búsqueda continúa.
Texto por: Marta Moreno López de Uralde
Fotos © Lorenzo Hernandez
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‘Libertad Negra’. Se estrenó el 23 de abril en el 19 Festival de Cine Español de Málaga en la sección de documentales.
Productora: Video Sur TV
Productor Ejecutivo: José Enrique Sánchez
Guión y dirección: Jorge Peña y José Enrique Sánchez
Montaje: Jorge Peña
Director de Fotografía: Antonio España
Música Original: Felipe Milano