El nuevo Museo del Diseño de Londres (The Design Museum), trasladado a Kensington y ubicado en la antigua sede de la Commonwealth, se está convirtiendo, en apenas medio año, en referencia mundial de esta disciplina.
Y es que el propio edificio re-diseñado por el arquitecto John Pawson es una joya del diseño arquitectónico, un amplio espacio de 10.000 m2 que ha mantenido la esencia de esta construcción modernista de los años 60 al conservar el singular techo parabólico del edificio.
Pawson ha trabajado estrechamente con la firma holandesa OMA y Allies and Morrison para la restauración, y la verdad es que el resultado es increíble. El interior, diseñado en madera y hormigón, es amplio, diáfano y vanguardista. A las cinco plantas y a las salas se accede desde un gran atrio central de roble con escaleras y escalones que funcionan como asientos ascendiendo en zig zag enmarcando las fantásticas curvas y ángulos del techo de la Commonwealth.
El espacio creado por Pawson es un claro ejemplo de proyecto arquitectónico que cumple, tanto en lo estético como en lo funcional, con el objetivo de representar aquello que va albergar, en este caso un museo dedicado al diseño, integrando así la arquitectura con las muestras, exposiciones y personas que lo ocuparán. A pesar de ello, no todas las críticas han sido positivas, el crítico de The Guardian, Oliver Wainwright, opina que se ha perdido el concepto de museo y que el nuevo espacio en High Street Kensington parece un gran hotel de lujo.
Guste o no, lo que está claro es que el pasado mes de noviembre el London Design Museum abriendo su nueva sede comenzaba una nueva etapa, aparentemente mucho más dinámica y completa a la que nos tenía acostumbradosen su antigua localización en el este de Londres, a pie del Támesis.
El Museo del Diseño de Londres (The Design Museum) es el más importante del Reino Unido dedicado al diseño en todas sus disciplinas: arquitectura, gráfico, textil, industrial y de interiores. Desde que abrió sus puertas en 1989 ha mostrado de todo, desde un AK-47 a tacones diseñados por Christian Louboutin. Ha presentado más de 100 exposiciones, ha acogido a más de cinco millones de visitantes y ha presentado el trabajo de algunos de los diseñadores y arquitectos más célebres del mundo como Paul Smith, Zaha Hadid, Jonathan Ive, Miuccia Prada, Frank Gehry, Eileen Gray o Dieter Rams.
La exposición permanente ‘Designer Maker User’ ofrece casi 1000 objetos, de los 3000 del fondo de la colección, de los siglos XX y XXI vistos a través de los ángulos del diseñador, del fabricante y del usuario, así como con una pared crowdsourced ,con objetos cotidianos que dan forma a nuestro día a día, como puede ser una lata de coca-cola, un billete de £5, unos guantes de fregar, etc. Esta sección también explora el impacto del diseño en la política, la moda y la música.
Dentro de la nueva programación para este año, por cierto muy bien explicada en su nueva Web, incluyó exposiciones tan interesantes como Fear & Love (Miedo y Amor) que recogió 11 instalaciones de algunos de los diseñadores y arquitectos del momento, quienes exploraron la sexualidad en red, los robots sensibles, la moda lenta y los nómadas establecidos.
Actualmente podemos visitar, hasta el 4 de junio, ‘Imagina Moscú: arquitectura, propaganda y revolución’, una muestra que explora la capital de la Revolución tal y como fue imaginada por una audaz generación de arquitectos en los años 20 y principios de los 30. Con numeroso material inédito o raramente visto hasta el momento, como planos a gran escala, dibujos, maquetas, carteles y propaganda. La exposición esboza una visión idealista de la capital soviética que nunca se realizó, y lo hace analizando seis monumentos arquitectónicos soviéticos que nunca llegaron a construirse a pesar de estar planificados para estar cerca de la Plaza Roja de Moscú. Con estos proyectos visionarios que coincidieron con la desaparición del movimiento Avant Garde, estos arquitectos se imaginaban ciudades construidas hacia arriba que conquistarían el cielo al mismo tiempo que solucionaban el problema de la superpoblación. «Intentaban con este imaginario causar un impacto en la vida diaria a fin de intentar hacer del mundo un lugar mejor en el que vivir», dice la comisaria de la exposición Eszter Steierhoffer a la agencia EFE.
Esperemos que el cambio al oeste de Londres, a un espacio tres veces mayor del que era, sea el comienzo de una amplia programación de la que todos podamos disfrutar y se convierta, como se espera en el templo del diseño en Europa.
Fotos © Carolina Núñez Roca