Fotografías de archivo de una tierra asolada. Fábricas en medio de una selva, piscinas, hospitales, cientos de árboles talados o calcinados. Las imágenes se suceden mientras la selva suena de fondo. De repente, sonido de tambores aceleran los fotogramas y lo irreal se acentúa.
En 1929 Henry Ford quiso extender su imperio al Amazonas. Compró 25 mil kilómetros cuadrados de Brasil para competir contra Inglaterra y superar su producción de caucho, elemento necesario en la revolución automovilística. Animó a trabajadores a trasladarse desde Michigan a cambio de doblarles el sueldo y prometerles el paraíso. Calles con nombres yankis, casas con jardín propio, piscinas comunitarias y un campo de golf. Pero los horarios de oficina importados y el puritanismo impuesto no estaban pensados para el calor ni los ritmos de la selva. Los trabajadores locales no tardaron en rebelarse, y los norteamericanos tampoco fueron capaces de adaptarse al nuevo entorno. En 1945 asumieron el fracaso y devolvieron los terrenos a Brasil a cambio de 250 mil dólares.
Susana de Sousa retrata el fracaso de una utopía. Las utopías reinan el mundo de lo ideal, pero cuando se empujan a la realidad e ignoran el contexto fácilmente mutan en distopías. Allí siguen las fábricas abandonadas, los hospitales destartalados, las carreteras sin coches. La naturaleza he reclamado lo que era suyo, pero le cuesta recuperarse de sus cicatrices. Sus moradores siguen ahí, aunque aturdidos por este “progreso” impuesta que ha dejado demasiadas huellas. No los vemos, dispersos en una naturaleza que se les ha quedado grande, pero sí que los oímos. Y sus voces parecen las de fantasmas del pasado: “hablo de ellos porque yo también me siento parte de aquella época” dice una mujer.
Desde el otro dado de la pantalla observamos incrédulos, como si se tratase de un espejismo que desaparecerá en cuanto frotemos nuestros ojos. Pero el mal sueño ha invadido la vigilia y Fordlandia resiste, como el esqueleto de un animal muerto que se niega a transformarse en polvo.
Fordlandia Malaise, de Susana de Sousa Días, se proyectará en la Filmhouse de Edimburgo el 29 de febrero a las 8.15 h.
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