Estrella Morente vuelve a deslumbrar al público londinense con la presentación de su último disco, Autorretrato, en el Meltdown Festival que David Byrne capitanea. El álbum, dirigido hasta su muerte por su padre, recoge las últimas composiciones de Enrique Morente, en la capital británica de la mano de su hija.
El Southbank Center, que tantas alegrías musicales da, ofrece una sorpresa cada año llamada Meltdown Festival. Sorpresa la de su propuesta programática, curioso concepto y principal atractivo de este acontecimiento cultural, en el que cada edición es un variopinto puñado de actuaciones a recomendación de una personalidad artística diferente. Así, variadas figuras trascendentales de la música han sido las responsables de presentar los proyectos musicales de interés para ellos. Podría decirse que es lo más parecido a una tarde con David Bowie, Yoko Ono, Patti Smith, Jarvis Cocker, Patti Smith, Ray Davies o Ornette Coleman poniéndote discos de lo que musicalmente les llama la atención del panorama actual. Eso, llevado a sus directos. Yo diría que «todo un lujo» de planteamiento. Este año, de la mano de David Byrne.
Una Estrella que se mostró elegantemente escueta en palabras a lo largo de toda la actuación, rompió con fuerza y empaque un respetuoso silencio inicial con el ‘Pregón de las moras’ en un acapella penetrante, superando todas las expectativas posibles puestas en la apertura del recital.
Y de entre tantos artistas de numerosas nacionalidades y diversísimos orígenes, David ha querido contar con una de nuestras fuerzas vocales y culturales más reconocidas, Estrella Morente, que junto a otras tres voces masculinas, dos guitarras y percusión vinieron a presentar las canciones de su último disco, ‘Autorretrato’. Y no se me ocurre mayor ni mejor representación del arte español que el de un disco dirigido, hasta la inesperada y trágica interrupción de su muerte, por el gran Enrique Morente, retomado después por Isidro Sanlúcar. Con las colaboraciones de los mejores guitarristas que la historia del flamenco ha dado (Paco de Lucía, Tomatito, Vicente Amigo) y la prodigiosa aportación de genios internacionales como Michael Nyman (‘Le di a la caza alcance’ y ‘Pregón de las moras’), Pat Metheny (‘Find me in your dreams’) y Alain Pérez (‘Cuba-Cái’).
Una Estrella que se mostró elegantemente escueta en palabras a lo largo de toda la actuación, rompió con fuerza y empaque un respetuoso silencio inicial con el ‘Pregón de las moras’ en un acapella penetrante, superando todas las expectativas posibles puestas en la apertura del recital. Puede que un porcentaje grande de los asistentes fuera español, pero pocas veces se ve un concierto de música española en el extranjero con tanto público multinacional. Estrella transmite tanto con las multiformas que da a su voz y crea pinturas sonoras con tantas pinceladas que, a pesar de que suele acompañarse de líricas de peso, no requiere de hispanohablantes para hacer sentir al más insensible de la sala, a la primera exhalación.
Quien no la hubiera disfrutado antes en directo pudo comprobar cómo de maravillosa es su voz, al natural. El siempre precioso timbre, ya sea en la fuerza o fragilidad de las melodías, la raza en todo impresa, el terciopelo, el control y capacidad expresiva de las cadencias volumétricas, los dulces melismas que tan reconocible hacen a su sonido particular. Unido aquello a una presencia escénica de tal entidad, feminidad y flamenco, las curvas de sus posturas, gestos del sur y miradas llenas de solemnidad, se convierte en un riquísimo universo estético, un espectáculo para el estímulo de los sentidos digno del mayor aplauso.
Lo que aporta el paso por el estudio de grabación y las infinitas posibilidades de postproducción que actualmente existen, además de una buena capacidad compositiva, es lo que hace de la música de muchos artistas un proyecto musical redondo, pero aunque la hija de Enrique Morente dispone de unos recursos humanos y técnicos de primer nivel para ponerse manos a la obra con la creación de un disco, la voz desnuda y en directo son todo lo que uno necesita escuchar para embelesarse. No hay efecto, adorno ni adición posible que si en un momento dado no tiene su voz elimine ni un ápice de arte. De hecho, los momentos a guitarra y voz fueron probablemente los mejores.
La hija de Enrique Morente dispone de unos recursos humanos y técnicos de primer nivel para ponerse manos a la obra con la creación de un disco, la voz desnuda y en directo son todo lo que uno necesita escuchar para embelesarse.
Si en el disco encontrábamos además de cantes tradicionales del flamenco -sevillanas corraleras, seguiriyas y bulerías- canciones con tintes lejanos, bien son cubano, habanera o bien minimalismo clásico orquestado de Nyman, de ellas tan sólo se presentó el Pregón al inicio «en crudo», debido al formato de banda reducido. Un discurso flamenco con ‘Fernando Camisa’, ‘La Habanera Imposible’, ‘Tangos Toreros’, ‘La Estrella’ y ‘A Lola’. Hubo momento para la improvisación por seguiriyas y agradecimiento por su presencia en el festival con bonitas palabras de admiración al movimiento musical y de artistas de Londres. Tras ello nos dejó con el cante de sus tres coristas masculinos y un solo de percusión y zapateao.
A su vuelta, con largo vestido y abanico blancos y mantilla negra, siempre poniendo detalle a lo visual, llegó el momento para los homenajes, primero cantando sobre la misma base las letras de muchas canciones de su padre como ‘Donde pones el alma’, ‘Y conmigo no ha podío’ o ‘Un pañuelo de lunares’. Y después, su canción ‘A Lola’ [Flores], popurrí a su vez de ‘Ay, pena penita pena’, ‘Tengo miedo’, ‘A tu vera’, ‘Llévatela’ y ‘No dudaría’ (Antonio Flores), entre otras. Y aunque parecía que la última sería el ya himno ‘En lo alto del cerro’, impresionante en directo y demostrado su reconocimiento a golpe de vítores, nos fuimos sin vacíos gracias a su canción más internacional, maravillosa versión del mítico tango de Gardel, ‘Volver’, enorme acierto para la posteridad, dicho sea de paso, de nuestro querido Almodóvar. Y con este cierre de película nos deja Estrella en Londres, felices, hasta la próxima.
Fotos © Cortesía de Southbank Centre