El dúo donostiarra colgó el cartel de «No hay entradas» en un concierto en el que repasó todos sus grandes éxitos y presentó su último álbum ante los centenares de asistentes que abarrotaron la sala Scala.
El dúo donostiarra colgó el cartel de «No hay entradas» en un concierto en el que repasó todos sus grandes éxitos y presentó su último álbum ante los centenares de asistentes que abarrotaron la sala Scala de Londres. El evento reunió a varias generaciones de fans que encontraron la excusa perfecta para mover el esqueleto por una noche.
Scala lució como nunca para recibir a este clásico de la música española con un lleno hasta la bandera y entradas agotadas desde varios días antes. Como todas las cosas buenas, Mikel Erentxun y Diego Vasallo se hicieron esperar y no fue hasta pasadas las 10 y cuarto cuando los de San Sebastián salieron al escenario acompañados de su banda, ataviados con chalecos y corbatas para la ocasión.
Los primeros acordes de guitarra fueron a cargo de Erentxun que en modo acústico inició el espectáculo a ritmo de «Cuando llegue el fin». La presentación llegó luego y en ella el vocalista donostiarra expresó su gratitud hacia el público que les acompañaba en la víspera de su cumpleaños.
Los asistentes se entregaron desde el minuto uno, coreando todas y cada una de las canciones que Duncan Dhu interpretó. Grandes éxitos como «En algún lugar» se enlazaron con temas de su nuevo álbum «El Duelo». Uno de los puntos más álgidos de la noche llegó en torno a la media hora de concierto, cuando sonó «Una calle de París» y con la que el público estalló y terminó cantando a capela el estribillo.
La recta final fue especialmente intensa. Mikel Erentxun se emocionó y lanzó su guitarra por el aire para que la recogiera un miembro del equipo, y con esta nueva «libertad» se subió a un altavoz a menear el esqueleto demostrando que pese a que hayan pasado los años, Duncan Dhu aún está muy en forma y tiene cuerda para rato.
El grupo había dejado para el bis «Cien gaviotas» y «Esos ojos negros», que fueron coreadas de principio a fin. Con el público en el bolsillo, y cuando el reloj marcaba las 12, Erentxun fue sorprendido con una tarta de fresas con nata para celebrar su cuadragésimo noveno cumpleaños. Los asistentes, acompañados de la banda, entonaron el cumpleaños feliz tanto en castellano como en euskera, y Duncan Dhu se despidió a continuación con «Mundo de cristal» pasada ya la medianoche.
Tras el concierto, la organización de Rock Sin Subtítulos había preparado una Mega Spanish Party que se extendió hasta las 6 de la mañana. Los dj hicieron un repaso a los éxitos del rock y pop español de las tres últimas décadas aderezados con los últimos hits internacionales del momento, para el disfrute del más de millar de presentes que decidieron pasar una noche «a la española» en la capital británica.