Encontrarse o ver a Juana de Aizpuru en una feria de arte contemporáneo resulta relativamente fácil, pero el tener la oportunidad de charlar un rato con una de las galeristas de arte más influyentes de nuestro país puede ser más complicado. Nos la hemos encontrado como ya es habitual en Frieze Art Fair London 2015, en el stand B15.
Encontrarse o ver a Juana de Aizpuru en una feria de arte contemporáneo resulta relativamente fácil, pero el tener la oportunidad de charlar un rato con una de las galeristas de arte más influyentes de nuestro país puede ser más complicado. Nos la hemos encontrado como ya es habitual en Frieze Art Fair London 2015, en el stand B15.
Nos acercamos a ella, nos interesa saber la opinión acerca de las ferias de esta pionera del coleccionismo de arte contemporáneo en España, creadora y primera directora de ARCO (1982-1986) y de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla.
De Aizpuru nos cuenta que cuando ella empezó a ir a ferias, como la de Colonia o la de Basilea, funcionaban como un punto de encuentro del mundo del arte a dónde acudían artistas, galeristas y coleccionistas y donde el ambiente era mucho más informal y auténtico. «Se trabajaba más por amor al arte, era todo más vocacional, ahora es más duro porque con la globalización los artistas tienen que conseguir un puesto internacional, si no no son nada, todo es mucho más comercial», nos dice.«Había pocas ferias cuando yo empecé, sólo estaba la de Colonia y luego vino la de Basilea, luego ya abrieron la de París o Bruselas… algunas ya han desaparecido… y después están las italianas que nunca han llegado a gran cosa, hay varias en Italia pero siempre se han quedado un poco ahí, a mitad de camino.»
¿Y todavía queda alguna que aún te mueva el feeling?
Si la hubiese ya habría ido… ¡después de 36 años yendo a ferias!. Ahora mismo de feeling la de Dubai, pero creo que todavía es un poco pronto y que aún no hay mercado. Me parece a mi que los cuatro coleccionistas gordos e importantes que hay allí se van a Nueva York a comprar. O sea, que allí mercado local no sé yo si hay. Pero me gustaría ir a la de Dubai cuando se desarrolle un poco más y atraiga al coleccionismo internacional. Pero hay que esperar a ver que pasa.
Y ¿por qué apuestas este año? ¿qué nos traes a esta edición del Frieze? ¿hay algo que te gustaría destacar?
Yo tengo un equipo, represento a un grupo de artistas con los que trabajo. Son 32 artistas ahora mismo. La mitad aproximadamente españoles y la otra mitad de otros países y con ellos hago los grupos que presento en cada feria. Como es lógico no podemos ir con todos a todas, así que voy incluyendo a los que en ese momento tengan algo nuevo que decir.
Yo pienso mucho el proyecto de las ferias, en absoluto llevo lo que no he podido vender lo largo del año a ver si lo saco adelante, no, generalmente suelo meter trabajos especiales para cada una y preparo a fondo quienes vienen, las obras que traigo y los formatos, para que todo quede bien.
Están teniendo mucho éxito los dibujos de Heimo Zobernig (1958), que no los vendo sueltos, no me apetece, los vendo por grupos, como una obra el conjunto. Heimo ha hecho siempre muchísimos dibujos y como yo adoro el dibujo se los empecé a pedir y a vender y la verdad es que se queda extrañado de la cantidad de dibujos que le vendo. Hay series de 15 y de 18.
A Tim Parchikov (1983), que es muy joven ya le he traído aquí dos años o tres. Como apuesta también está trabajo de Pedro Cabrita Reis, de quien hemos traído esos dibujos tan grandes, no es normal ver dibujos en un formato a ese tamaño, eso sí que es nuevo. Hizo una exposición hace unos meses con 15 obras de este formato, todas iguales y las presentamos sin marco, colgadas por esos agujeritos que tienen. Él quiso hacerlo así para que llegaran más directamente al visitante, ha sido ahora cuando se han enmarcado.
Pero toda feria es siempre para mi una apuesta, porque da igual las veces que vengan, siempre van evolucionando y cada vez es distinta y una propuesta nueva.
‘Cartas al Cielo’ es una esfera-buzón de acero de Alicia Framis (1967). Una como ésta estuvo en el Central Park de Nueva York. ¿Cambia el concepto al verla en una feria y no en un lugar abierto? ¿Se ha atrevido ya alguien a echar una carta?
La de Central Park de New York era mucho más grande, de 1,70 m de alto, ¡grandísima!. En ARCO pusimos una igual pero más pequeñita, era la maqueta y la vendí. Pusimos unas cartulinas al lado con un rotulador y ya la gente se animó.
La idea es que si alguien quiere puede echar cartas al cielo, escribir lo que le apetezca y meterlo en el buzón, porque de ahí no puede salir ya que no tiene ninguna salida, sólo esa rajita. Uno puede decir libremente lo que se le antoje porque nadie lo podrá leer. Es de acero y no se va a romper así como así. Tiene mucho trabajo esta pieza, hay que hacerla mucho más grande y más gruesa para después ir puliéndola hasta que quede completamente redonda, esférica.
Pues no te entretenemos más Juana. Nos ha encantado hablar contigo, ha sido un placer charlar con una mujer a la que admiramos tanto. Muchas gracias.
Nosotras continuamos con nuestro recorrido, en búsqueda de más historias Brit Es y latinas que contar.