El 59th BFI London Film Festival incluye en su programa de 2015 la cinta ‘Truman’ del director catalán Cesc Gay. La película por la cual sus dos actores protagonistas (Ricardo Darín y Javier Cámara) se llevaron este mismo año la Concha de Plata al mejor actor en San Sebastián, nos cuenta la historia de dos amigos que se reúnen para pasar unos días inolvidables junto a Truman, su perro fiel. Esta reunión será también el último adiós de ambos.
Aprovechando la oportunidad que nos brinda el Festival charlamos de cine y del oficio de realizador con Cesc Gay.
¿Has trabajado con un montón de actores punto de apoyo a la hora de dirigir a las grandes estrellas?
No hay diferencia entre trabajar con Ricardo Darín o con un actor que no conoce nadie, no hay ninguna diferencia. La única diferencia es que al principio el acceso a ciertos actores igual es un poco más complicado, porque tienen más filtros, pero al final no se trata de un trabajo hecho solo por dos personas y puedes tener los mismos problemas o inconvenientes con unos o con otros. No creo que en la cinematografía española o latino americana exista el concepto Star System igual más en el americano. No tengo ni idea de lo que es trabajar con Jack Nicholson pero supongo que al final será lo mismo. Todos queremos hacer el mismo trabajo y estar contentos con el resultado. El actor siempre es alguien inseguro que necesita que el director le guíe, pero a la vez es orgulloso y hemos de equilibrar esas cosas, pero cada persona es distinta.
O sea que no tienes un mapa tuyo
No, el único mapa sería el de buscar rápidamente la confianza, de ganarse la confianza del actor, eso es lo que hago usando cualquier tipo de artimañas. Se trata de entender que cada persona, cada hombre y cada mujer es distinto. Si tengo que hacer una película contigo tendré que buscar la manera de que estemos a gusto el uno con el otro, confiando mutuamente de forma que podamos decírnoslo todo y hagamos el viaje juntos. No hay más que esto. Yo siempre he trabajado así, sea en ‘Krámpack’ con chavales de 16 años o con el señor Darin en ‘Truman‘. Es la única manera, hay que confiar y no tener miedo a comunicarse porque pasas por todo tipo de momentos, buenos, malos, de dudas… Si estás cerca, como dos amigos, estos se comparten, se viven si no lo estás pueden pasar cosas que van en contra del proceso creativo.
Hablando del proceso creativo, ¿dónde disfrutas más como creador? ¿En el ensayo, en el rodaje, en postproducción.. ?
Yo creo que lo bonito del cine es que pasas por distintos procesos y que por suerte todos empiezan y terminan. Escribir está muy bien pero también hay un momento en el que te hartas de estar solo, con el rodaje también acabas hasta el gorro de rodar y luego está la postproducción, que es otro ciclo… yo disfruto igual en todos estos momentos, el más incómodo de todos obviamente es el rodaje porque puedes pasar frio, no dormir, comer mal, es pesado, rodar es duro físicamente… el resto es más agradable porque tienes horarios de gente normal. Pero mas allá de eso, rodar tiene cosas como sexuales, muy excitante, muy químicas, fuertes y muy bonitas de vivir, así que depende.
Tus comienzos.
Yo en Nueva York, donde hice mi primera película, trabajaba de ocho a cuatro en una obra de carpintero y luego me iba a la biblioteca de la Universidad de Columbia, donde tenía amigos, y escribía de seis a nueve. Es duro compaginar, pero no es una excusa.
Cuanto te costó la primera película.
15.000 dólares, los metimos entre tres, un amigo mío que quería hacer cosas de producción, el otro director que era argentino y yo. Eso fue para escribir y rodar, luego yo me fui a Barcelona porque vivíamos en N.Y. y encontré una productora a la que le enseñé la película de 16 mm, ellos se hicieron cargo de la postproducción, pero ya estaba la película, que es lo esencial… Esa productora confió en mi y me fue bien, pude ir a San Sebastián y ahí me pudieron ver los de la profesión y me llamaron para hacer ‘Krámpack’ , una cosa te lleva a la otra. Ahora con el vídeo está chupado, yo me acuerdo por Nueva York ir de escuela en escuela pidiendo si les sobraban colas de celuloide. Fue duro, pero lo hicimos y pudimos grabar.
O sea, el consejo al joven cineasta sería…
No hay excusas, hay gente que no entiende que si quieres hacer pelis, las haces. Yo doy clases y me encuentro con alumnos que parecen esperar una situación concreta para arrancar y eso es un error. Si eres un pintor pinta, si eres director haz pelis. Antes, cuando yo empecé, era más complicado porque no existía la tecnología, pero yo ahora no puedo entender como con las cámaras que hay y con lo que la tecnología te permite todavía hay gente que habla pero no hace… porque entre otras cosas, todo lo que haces al principio es una mierda, cuanto antes pases por ahí y descubras lo malo que eres, mejor. El proceso creativo se descubre currando. Está muy bien ver películas y leer libros, pero hasta que no te pones delante de un actor no te das cuenta de lo poco claro que tienes las cosas. La gente cree que lo del cine es una fascinación… ¡pringa como un hijo de puta, mantén la calma sin ansiedad, pásatelo bien, no le hagas caso a nadie y sigue tu instinto!
Intuición al poder.
Intuición al poder porque es lo único que te diferencia de lo que hacen los demás. Eso que no sabes por qué te tira para allá. Y cuanta mas gente te diga ¡para allá no!, tú más para allá… porque al final eso es lo que te va a diferenciar, si no ¡pues bueno… siempre puedes ser un realizador sin personalidad!, pero siempre estará bien saber un poquito qué es lo que puedes hacer.
Entonces lo mejor es hacer tu película y llevarla a festivales y a productores…
Por supuesto, porque es más fácil que vean una peli a que se lean un guión, ellos siempre van a pensar que tal vez tienen a un diamante en bruto.
Muchas gracias Cesc.
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Foto portada © Fotograma de ‘Truman’
‘Truman’ en el BFI LFF, haz click aquí.