Andere Monjo es la poetisa de los espacios, adentrarse en su universo es nadar en un océano de materiales singulares, un oleaje de objetos de delicada fluidez, corrientes que manifiestan la belleza de su mundo particular. Su arte es una búsqueda constante por evocar una atmósfera onírica en el espectador, donde la imaginación y la fantasía sean los protagonistas de sus creaciones, abrazando trozos del sueño de una oda perfecta.
Andere Monjo es la poetisa de los espacios, adentrarse en su universo es nadar en un océano de materiales singulares, un oleaje de objetos de delicada fluidez, corrientes que manifiestan la belleza de su mundo particular. Su arte es una búsqueda constante por evocar una atmósfera onírica en el espectador, donde la imaginación y la fantasía sean los protagonistas de sus creaciones, abrazando trozos del sueño de una oda perfecta.
Inicia su carrera como diseñadora al lado de Antonio Miró, después de graduarse en diseño textil y de moda en ESDI, trabaja entre España e Inglaterra en reconocidas firmas de moda. En 2005 llega a Londres y tras su paso por la Central Saint Martins participa en numerosos proyectos como el diseño de interiores (Bar Glass en París y Café Godot en Barcelona), creación de escaparates (ABC Home en Nueva York), diseño de objetos de decoración como las mesas “Rain Tables” que produce en exclusiva para la internacionalmente conocida Mint Shop, especializada en diseño emergente, además de la creación de conceptos visuales para editoriales de tendencias creativas como Viewpoint y Stylesight.
La sensibilidad de su lenguaje está en constante movimiento como sus palabras al preguntarle por su inspiración. ¿Nos sumergimos en su mundo?:
1. Arrancamos el viaje alzando velas en España.
Empiezo a desarrollar mi sensibilidad creativa junto a Antonio Miró, trabajando en su estudio como diseñadora de moda. Allí me doy cuenta de que el diseñador confía en mi particular visión para los textiles y estampados. Tres años más tarde, acabo formando un grupo creativo con otros diseñadores finlandeses y franceses (Pequeños Héroes y Toodleoo), con quienes lanzamos nuestras primeras creaciones en Comité, un pequeño taller de diseños estampados en el barrio del Raval de Barcelona. Haber dedicado un tiempo a elaborar un trabajo mucho más artesano me ayuda a comprender que necesito fortalecer mi carrera profesional aprendiendo de primera mano los entresijos de la gran industria del diseño de moda. Por esa razón no tardo en irme a Coruña y empiezo a trabajar como diseñadora en Zara. Es una etapa en la que crezco significativamente como profesional, aportándome aptitudes que quizás no hubiera desarrollado en otros contextos. Sin duda, Zara es como una segunda universidad en muchos sentidos. Precisamente al sentirme más preparada, finalmente decido proseguir mi carrera en Londres para trabajar en otras firmas internacionales.
me siento especialmente motivada ante proyectos que supongan nuevos retos. Desafíos que me ayuden a explorar nuevos campos y con ello pueda seguir creciendo.
2. Y surcando tus emociones la fuerza del viento nos emplaza a navegar por el Támesis:
Cuando llegué a Londres estuve un tiempo trabajando en moda y al cabo de pocos meses mi cuerpo me pedía un cambio. Necesitaba hacer algo más creativo y, sobre todo, personal. Se respira algo en el ambiente de esta ciudad que facilita encuentros con personalidades muy diversas y creo que eso te influencia a seguir tus inquietudes, atreverte a ir un poco más allá, y en consecuencia, refortalecer tu propia individualidad. Siempre había soñado en estudiar en Saint Martins College pues es una de las escuelas que ha formado a la mayoría de los diseñadores más creativos del mundo y entonces vi que era el lugar y el momento perfecto para explorar nuevos horizontes. Una vez me aceptaron en el Master de Textile Futures se me rompieron todos los esquemas convencionales sobre el diseño. Durante el primer año comprendí que mi formación en España no tenía nada ver con la que estaba recibiendo en Londres. No había clases, cada alumno se dedicaba a llevar a cabo su proyecto guiado por una serie de tutorías y nada tenía que ver el aprendizaje de uno con el de los demás. No te exigían el mismo nivel ni el mismo tipo de trabajo porque se daba por entendido que cada persona es un mundo. Me pareció fascinante el ojo que tienen para sacar lo mejor de cada uno. Incluso aunque no fuera estrictamente relacionado con el curso en cuestión, como sucedió en mi caso. Hoy en día no me considero literalmente diseñadora textil, sino que he ampliado sensiblemente mi práctica y me siento mucho menos limitada. Todo lo contrario, me siento especialmente motivada ante proyectos que supongan nuevos retos. Desafíos que me ayuden a explorar nuevos campos y con ello pueda seguir creciendo.
3. Tu propia isla, tu universo personal, donde fluyen ambos océanos:
Disfruto creando objetos y espacios para interiores, escaparates, eventos y editoriales. He tenido el placer de colaborar en proyectos muy distintos tanto dentro de un mundo más artístico como en diseño contemporáneo. Me parece perfecto estar en medio. Para algunos soy diseñadora y para otros, artista. Yo ni me pongo etiquetas. Agradezco poder hacer proyectos muy diferentes y a la vez colaborar con gente muy distinta. Todos buscan lo mismo en mí que viene a ser mi singular visión creativa.
4. Zarpamos a la conquista de nuevas orillas, en la búsqueda de un nuevo renacer:
En estos momentos estoy trabajando en un encargo especial para el Café Godot, un nuevo restaurante Bistró en Barcelona. He preparado unos paneles hechos de espejo tratado que llamo ‘Rain Surfaces’ y que servirán para crear un ambiente envejecido y psicodélico en la pared principal del local. La magia y singularidad de los ‘Rain Surfaces’ se centra en la mezcla de efecto desgastado con la de un fondo de acuarelas orgánicas creadas por la lluvia, dejando así que la propia naturaleza forme parte del proceso creativo.
Ondas sísmicas:
1. Un Espacio Londinense donde te gustaría que “navegasen” tus creaciones.
Desplazándose a la deriva.
2. y en España…
Flotando en el aire.
3. La inspiración en Londres se llama encuentros.
4. La inspiración en España se llama tradición.
5. La velocidad de las olas nos traslada al futuro, a una superficie todavía no habitada
Me gustaría crear atmósferas enigmáticas y desconocidas en infinitos espacios abiertos que sorprendieran a la gente, sintiendo que entran en otra dimensión.