Después de cinco años en el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC), Ana G. Chouciño aterrizó en Edimburgo en 2010, en busca de nuevas experiencias y oportunidades profesionales. Ahora, es una de las responsables de Interview Room 11, una galería que acoge diferentes proyectos artísticos; con un especial interés en promover artistas gallegos y unir el arte español y escocés.
Foto cabecera © Roberto González Fernández
Después de cinco años en el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC), Ana G. Chouciño aterrizó en Edimburgo en 2010, en busca de nuevas experiencias y oportunidades profesionales. Ahora, es una de las responsables de Interview Room 11, una galería que acoge diferentes proyectos artísticos; con un especial interés en promover artistas gallegos y unir el arte español y escocés.
¿De dónde viene tu pasión por el arte? ¿Cuál es tu background? Creo que la pasión por el arte me viene desde muy pequeña, y sobre todo por la influencia de mi madre. A veces no soy consciente, pero hay pequeños hechos que me lo recuerdan. Hace unos días me enteré de la muerte de Alberto Carpo, un pintor coruñés que había sido muy amigo de mi madre. Y recordé un montón de cosas: visitas a casas que olían a pintura, visitas a museos cuando apenas levantaba un palmo del suelo… Supongo que todo esto me ha despertado cierta sensibilidad, y cuando salí del instituto estudiar Historia del Arte fue una decisión muy natural. También influye que aunque sea mi pasión nunca tuve ninguna habilidad especial ni ningún deseo de ser artista. Creo que soy mejor observadora, y sólo hace unos años me atreví a escribir.
Argyle House (…) estuvo a punto de ser derribado ya que para muchos desentonaba con el entorno histórico, pero finalmente se salvó por ser uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de esa década (años sesenta).
Háblanos de tu trabajo en Interview Room 11. ¿Cómo surgió la idea de crear este espacio artístico? La historia de cómo surgió Interview Room 11 es bastante compleja, así que intentaré contarla desde el principio. The Forest es una charity muy conocida en Edimburgo creada en 2000 que tenía una cafetería en la que trabajaban voluntarios y, con el dinero recaudado, realizaban conciertos, exposiciones… En Reino Unido hay numerosas ventajas para las organizaciones que colaboran con estas charities, así que durante ocho años habían ocupado gratuitamente una antigua iglesia en el centro de Edimburgo (suena sorprendente, pero aquí a las iglesias se les da muchísimos usos).
Hace un par de años tuvieron que abandonar esta iglesia y comenzó la búsqueda de una nueva sede. Y es aquí donde aparece Argyle House, un edificio brutalista construido a finales de los años sesenta. Estuvo a punto de ser derribado ya que para muchos desentonaba con el entorno histórico, pero finalmente se salvó por ser uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de esa década. Este edificio había sido ocupado por oficinas del gobierno, pero llevaba años abandonado, así que su dueño, siendo consciente de los beneficios fiscales, decidió donar tres de los pisos a The Forest. Yo llegué allí por casualidad, porque un amigo se acercó, entró a curiosear y se encontró a Mirja Koponen, uno de los miembros de esta charity, que le contó su intención de utilizar estas plantas para estudios de artistas y una galería. A este nuevo proyecto se le llamó Forest Centre Plus.
Parecía que Mirja necesitaba gente para ayudarle, así que un día me presenté en el edificio y a las pocas semanas entré en el equipo. Aunque al principio éramos un montón de voluntarios con muchas ideas, al final la galería fue creada entre cuatro personas: Mirja Koponen, Scott McCraken, Ellyce Morgan, y yo. Entre los cuatro levantamos las paredes (literalmente) en una de las esquinas de la planta baja, y empezamos a darle forma a un proyecto en el que ya llevamos años y medio.
¿Cuál es el principal objetivo de este proyecto? Creo que algo muy importante para esta galería es que entre los cuatro pudimos definir un proyecto común, pero, por otro lado, cada uno de nosotros tiene objetivos paralelos muy diferentes. Mis otros tres compañeros son artistas, aunque con experiencia en organización de exposiciones, y yo, por mi parte tenía experiencia en museos y estaba cursando un master de comisariado en la Universidad de Edimburgo. Entre los cuatro logramos crear una programación estable, cometimos errores de novato y aprendimos muchísimo por el camino. Cuando abrimos la galería no teníamos muy claro cuál sería la línea de nuestra programación, así que decidimos abrir una convocatoria. Recibimos muchísimas propuestas por parte de artistas, por lo que muchas de nuestras exposiciones están basadas en exposiciones en las que no existen comisarios, sino que las decisiones son tomadas por los artistas y nosotros les ayudamos a llevarlas a cabo. Esto está resultando una experiencia muy interesante, pero también todo un reto ya que no es el esquema al que yo estaba acostumbrada.
Lo que más me llama la atención, sobre todo después de montar la galería, son las facilidades que existen aquí para este tipo de iniciativas. Estamos ocupando tres plantas inmensas de un edificio en pleno centro. Esto en España sería totalmente imposible a no ser que se hiciera ilegalmente.
Pero yo, por otro lado, sigo muy interesada en el comisariado, y casi sin proponérmelo he comenzado una línea expositiva con la que poder mostrar artistas españoles en la capital escocesa. El primer proyecto no fue en la galería, sino en la ECA (Edinburgh College of Art). Se trató de Shrinking Cities, una exposición colectiva que comisarié junto a Antonio Cervera, y en el que contamos con una selección de 8 artistas de los cuales 5 eran españoles.
Más tarde, ya en Interview Room 11, traje a 6 artistas españoles más para The Oracle, y en The Eternal Traveller Syndrome, con la colaboración de Iberodocs volví a repetir comisariado con Antonio Cervera.
Además, debido a la numerosa comunidad española que existe en Edimburgo, no sólo contamos con artistas españoles, sino que otros profesionales se han interesado en la galería y también colaboran con nosotros. Por ejemplo, Sandra García Peinado, también colaboradora en Brit Es, nos ha ayudado ya en varias ocasiones, David Guillén, fotógrafo, se encarga de crear material documental de todos los eventos, e Iria Aldrey Dono, diseñadora, está trabajando en dos catálogos de la galería.
Como comentas, la galería enlaza los trabajos de artistas españoles (en especial gallegos) y escoceses. ¿Cuál es la principal diferencia que ves entre el mundo del arte en España y en Escocia? ¿Con qué te quedarías de cada uno? En España había trabajado durante cinco años en un museo, así que tengo un conocimiento más amplio. Aquí llevo mucho menos inmersa en este mundo, es un panorama al que no estaba acostumbrada, y, además, otro idioma. Pero supongo que a veces esta perspectiva también ayuda a ver las cosas con más objetividad. Lo que más me llama la atención, sobre todo después de montar la galería, son las facilidades que existen aquí para este tipo de iniciativas. Estamos ocupando tres plantas inmensas de un edificio en pleno centro. Esto en España sería totalmente imposible a no ser que se hiciera ilegalmente. Y esto no se debe a que la gente sea más generosa, sino a que el estado da facilidades para utilizar espacios que de otra manera estarían totalmente abandonados. Parece una solución bastante lógica y con la que todos salimos ganando, lo que hace pensar que quizás en España no se quieran promover cierta clase de centros. Allí seguimos invirtiendo más en el contenedor que en el contenido, y cualquier iniciativa de esta clase requiere un esfuerzo sobrehumano para que pueda salir adelante.
¿En qué estás trabajando actualmente en Interview Room 11? Nuestra próxima exposición será un proyecto muy personal. De nuevo trabajaré con Antonio Cervera para traer a un artista gallego: Ismael Teira. Durante mi master descubrí un tema que quiero seguir investigando: las derivas, es decir, el andar como acto estético y político; el caminar como una manera de enfrentarse al consumismo y reivindicar una ciudad en la que el espacio público sigue desapareciendo. Ismael centra su obra en este tema, en los que el llama “caminos del deseo”. Este artista trabajará con el edificio en el que está ubicado Interview Room 11, pero también con la ciudad, y trasladará el resultado de su experiencia a la galería. Es la primera vez que creamos una exposición directamente relacionada con el edificio, pero es una línea que nos gustaría seguir manteniendo en el futuro con artistas españoles.
¿Qué otros proyectos artísticos ocupan tu tiempo? Como he explicado Antonio y yo solemos trabajar en equipo. Nos conocíamos de Santiago, pero la casualidad de encontrarnos en esta ciudad ha dado lugar a una colaboración más que fructífera. Es muy interesante porque tenemos proyectos por separado, yo la galería, y Antonio su nueva empresa, Art Travel Sense pero al mismo tiempo compartimos proyectos. La de Ismael Teira ya será nuestra tercera exposición, y la verdad es que seguimos aprendiendo uno del otro.
Actualmente tenemos en mente un proyecto más ambicioso, en el que por primera vez contaremos también con artistas escoceses. El nombre es Identidades, y partimos de las conexiones entre Galicia y Escocia, queremos hablar del imaginario celta que todavía nos une, pero también de los nuevos rasgos que constituyen la identidad de estas dos regiones en la actualidad. Qué nos hace similares, y qué nos diferencia. Este proyecto tendrá sedes en Galicia y Escocia, y contará con artistas de distintas generaciones que representan a ambos lugares.
Nuestro objetivo, para este y todos nuestros proyectos, es aprovecharnos de la distancia. Sacar partido de la perspectiva adquirida al estar lejos y crear un puente que una Galicia y Escocia. Estamos dándole visibilidad a artistas españoles en Reino Unido, pero nos gustaría comenzar también un camino a la inversa. Os iremos contando.