El 23 de abril se celebró El Día Internacional del Libro promulgado por la UNESCO en 1995 para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. Dicha fecha fue elegida por la coincidencia en el tiempo del fallecimiento de los escritores William Shakespeare (1564-1616), Miguel de Cervantes (1547-1616) e Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616).
El 23 de abril se celebró El Día Internacional del Libro promulgado por la UNESCO en 1995 para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. Dicha fecha fue elegida por la coincidencia en el tiempo del fallecimiento de los escritores William Shakespeare (1564-1616), Miguel de Cervantes (1547-1616) e Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616). Pero ¡Ojo! Que a pesar de que los tres escritores son coetáneos entre sí, las defunciones de los mismos no sucedieron el mismo día, ya que el Reino Unido y España se regían por calendarios distintos: el juliano y el gregoriano. En 1582 el papa Gregorio XII adelantó 10 días el calendario. Francia, Italia y España adoptaron inmediatamente este cambio, pero Inglaterra no lo hizo hasta 1752, siguiendo con el calendario juliano, el creado por Julio César.
Así pues, para los ingleses, Shakespeare, murió el 23 de abril, pero para los países católicos murió el 3 de mayo, es decir, que aunque Shakespeare y Cervantes hubieran muerto en la misma fecha, no murieron el mismo día.
Así pues, para los ingleses, Shakespeare, murió el 23 de abril, pero para los países católicos murió el 3 de mayo, es decir, que aunque Shakespeare y Cervantes hubieran muerto en la misma fecha, no murieron el mismo día. Ni tampoco sus vidas fueron similares, Shakespeare pudo vivir de su obra, fue enterrado con honores, mientras que Cervantes murió en la miseria y fue condenado por el Tribunal de la Inquisición. El escritor hispanoamericano es harina de otro costal… Shakespeare es considerado, junto con Cervantes, uno de los mayores escritores de todos los tiempos y sin duda el más importante dramaturgo. Rompiendo con los moldes clasicistas impuestos por el Renacimiento, los dos escritores tienen una gran obsesión por el lenguaje típico del barroco, -improperios, juegos de palabras, proverbios, refranes- alternando en sus obras lo cómico con lo trágico, como ya habíamos visto en La Celestina. El Teatro del Siglo de Oro español y el Isabelino londinense tienen muchos puntos en común y beben en las mismas fuentes. Los cuentos Orientales de las Mil y una Noches están presentes en los dos escritores. Los personajes shakesperianos han pasado a convertirse en prototipos universales de una pasión o de un carácter: Hamlet la duda y la indecisión, Otelo los celos incontrolados, Macbeth la ambición, Romeo y Julieta, los enamorados…
Y ¿Qué decir del Quijote? Sus mensajes son tan universales, que fomentan el pensamiento crítico entre los lectores. Don Quijote se enfrenta a la Iglesia, a los políticos corruptos, a la nobleza desfasada, es idealista y libertario, valiente y generoso ¡Tanto! Que no le importa enfrentarse en solitario a la injusticia social y a las maldades humanas, a esas empresas que deberían ser colectivas, pero que no lo son todavía hoy en día.
Curiosamente fue el romanticismo inglés quien situó al ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en el lugar de honor, que le correspondía, divulgándolo, traduciéndolo o pintando sus aventuras como Delacroix pintó a Hamlet en el cementerio con la calavera.
El libro tuvo un gran éxito de público pero no de crítica, es decir, de opinión entre intelectuales y escritores. Curiosamente fue el romanticismo inglés quien situó al ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en el lugar de honor, que le correspondía, divulgándolo, traduciéndolo o pintando sus aventuras como Delacroix pintó a Hamlet en el cementerio con la calavera. En el Museo Victoria y Alberto de Londres podemos admirar varios cuadros inspirados en la novela cervantina, como por ejemplo, Don Quijote y Sancho Panza de Sir J. Gilbert y El desharrapamiento de don Quijote de C.R. Leslie, un episodio muy famoso perteneciente al episodio de Don Quijote y Dorotea. Va a ser la imaginación inglesa quien ennoblezca la inmortal novela.